Hace algunos años cuando era alcalde de esta ciudad, me preguntaron en una entrevista radiofónica que definiera a mi ciudad en breves palabras y yo les contesté: “Guadalajara, una ciudad hecha para querer” ¿Por qué?, porque Guadalajara ha sido muchas veces poco reconocida en la importancia que tuvo en Castilla, donde fue una de las 17 ciudades con voto en Cortes , lugar donde se celebraron dos Cortes Castellanas y donde a pesar de los destrozos sufridos a lo largo de los años , en los que fueron derribadas las murallas para ampliaciones urbanas y desaparecieron palacios , aun conservamos lugares muy interesantes desde los puntos de vista histórico y artístico, que deben enorgullecernos.
No podemos olvidar que a pesar de la bomba que cayó sobre el Palacio del Infantado y que destruyó parte importante de sus salones, sigue siendo este uno de los palacios más bonitos de España , del que hemos solicitado a la UNESCO sea declarado edificio Patrimonio de la Humanidad, lo cual estoy seguro conseguiremos algún día ; con otros palacios como el de don Antonio de Mendoza , sede del antiguo Instituto Brianda de Mendoza, hoy Liceo Caracense , o el Palacio de Davalos perfectamente restaurado donde se encuentra la Biblioteca Pública ; el de los Marqueses de Villamejor (Palacio de la Cotilla), que encierra la belleza sin igual del Salón Chino y los espacios museísticos de Antonio Buero Vallejo y del escultor José de Creeft ; el Palacio de los Guzmán, restaurada su fachada y parte del interior, actual sede de Residencia Universitaria; el Palacio de los Torres , también restaurado, donde estuvo ubicada la Cámara Comercio e Industria ; el de los Condes de Coruña en el Jardinillo….
El panteón de la Condesa de la Vega del Pozo, un panteón de estilo gótico bizantino, es único en España.
De las viejas murallas nos quedan, como vestigios, los torreones de Alvarfáñez de Minaya , por donde se dice entró el guerrero castellano para reconquistar la ciudad; el del Alamín, con un importante museo de la ciudad ; las ruinas de la Puerta de Bejanque; el escudo imperial que presidia la Puerta del Mercado y se puede ver en el patio del Convento de la Piedad ; donde también en el jardín de la zona norte encontramos la Capilla con la portada de Alonso de Covarrubias. Las Iglesias del casco histórico: San Ginés , San Nicolás , El Carmen, Santiago , el Santuario de la Antigua , la Concatedral , todas con detalles artísticos , históricos e imágenes dignas de ser visitadas, y de las modernas, la de El Salvador, con los impresionantes mosaicos de Rupnik, la antigua iglesia de los Remedios, hoy paraninfo de la universidad , sin olvidarnos de la Capilla de Luis de Lucena , denominada por algunos, por la belleza de sus pinturas, como la Capilla Sixtina de la Alcarria; y sobre una colina, la Iglesia de San Francisco con el panteón del Infantado que tiene remedo en el de los Reyes de El Escorial, el de Guadalajara elíptico y el de San Lorenzo circular, y en la bóveda de la iglesia la singularidad de los dragones , 117 figuras , la colonia con mayor numero de estos animales existentes en las pocas iglesias de España donde se pueden observar , dragones que cubren las nervaduras , unos de cuerpo alargado , otros mostrando solo ojos y cabeza, solos ò arracimados , de color verde y aspecto pacifico ,con el significado católico del medievo en que se decía que los dragones se encargaban de eliminar el pecado y en el centro de la bóveda una figura semejante a una hidra con 12 cabezas , que son los dragones que salen de un punto común.
Con otra singularidad el Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo y el conjunto arquitectónico de las Adoratrices , un panteón de estilo gótico bizantino, único en España , con reflejos dorados en el exterior de su cúpula y una cripta donde el tiempo se ha parado y entre coronas negras de dolor se encuentra el sepulcro de la Condesa de la Vega del Pozo y en el entorno los nichos de sus familiares; el museo de Guadalajara, el más antiguo de la región, data del año 1838, aunque ocupando un espacio en la parte baja del Palacio del Infantado desde 1973, con obras de Alonso Cano, Ribera , La Roldana,…. A estos monumentos y a muchas más cosas de interés que tiene la ciudad , hay que añadir el encanto de la calle Mayor , las ruinas escondidas de la Iglesia de San Gil , los paseos como el de San Roque, con la bella ermita del santo al final del mismo, la Concordia con el quiosco de música , la abundancia de zonas verdes: más de dos millones de metros cuadrados de espacios ajardinados,…. En fin, “Una Guadalajara, hecha para querer”, como dije al principio de este articulo y en cuya afirmación me ratifico al final del mismo.
Josè Maria Bris Gallego.
8 de diciembre de 2022.
