Era la noche del 17 al 18 de julio de 1973. El atrio de la Iglesia Colegiata de Pastrana, recogía un año más el encuentro de poetas “Versos a medianoche”, organizado por el Nucleo Pedro Gonzalez de Mendoza, que presidia el pastranero Ángel Montero Herreros, con la imprescindible y entusiasta colaboración del ayuntamiento con su alcalde Francisco Cortijo Ayuso al frente.
Esa noche actuaban cuatro poetas de los cinco que habían sido anunciados. A ultima hora, Francisco Garfias, indispuesto, no habia podido acompañarles, pero allí habia un cartel de lujo: Carlos Murciano, de Arcos de la Frontera, el valenciano Rafael Duyós, médico y sacerdote; José Antonio Suarez de Puga, de Guadalajara; y José Antonio Ochaita, de Jadraque.
El crucero de piedra y la portada principal de la Colegiata de Pastrana bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción eran testigos mudos del acto. Ochaita iba a recitar un extenso poema de 6 estrofas y 168 versos, dedicado ¡como no!, a su provincia y titulado “Manos nuevas , para mi tierra vieja”. Al llegar a la cuarta estrofa y comenzar a recitarla:"¡Tengo la Alcarria entre las manos…"!, su voz se apagó y el poeta cayó fulminado por el rayo de la muerte.
Como escribía el poeta Carlos Murciano, Premio Nacional de Literatura 1970, en el romancillo de urgencia dedicado a su muerte y todavía bajo el inmediato influjo de la misma:;
Murio con el verso puesto
en una plaza de España
privilegiado destino
para un poeta
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murió con los versos puestos
y entre las manos tu Alcarria
Fueron días de recuerdos, nostalgias, reconocimientos… El semanario “Flores y Abejas”, el 24 de julio de 1973, en la pluma de su director el entrañable Salvador Toquero Cortés, le dedicaba una columna “José Antonio Ochaita: Una muerte a la medida”….de un hombre que acertó a ser por encima de cualquier otra cosa, el gran poeta de la Alcarria.
Estos días de verano en Jadraque, me acerco más a José Antonio Ochaita, al recuerdo de su persona, de su leve figura, de poco más de 1,60 metrosde altura, de sus ojos claros y amplia frente, de sus pasos agiles como levitando sobre el suelo, de su agradable voz y de sus manos largas y afiladas como las de un caballero del Greco, que utilizaba con singular maestría al recitar sus versos.
El recuerdo permanente de Jadraque a su persona en el busto que preside la Plaza Gutierrez de Luna (“hermano” del de la Plaza del Carmen de Guadalajara, obras ambos del escultor Antonio Navarro Santafé); en el Parque Municipal que lleva su nombre, presidido en una de sus entradas por una gran silueta de su rostro en hierro diseñada por Ezequiel Castellanos y realizada en la forja por José Miguel Dominguez.
Nueva sala dedicada a Ochaita
Recuerdos a Ochaita en su pueblo natal, que no le olvida, recuerdos que se verán acrecentados en breves fechas con una sala que recogerá fotografías, documentos,libros, poesías, canciones, anécdotas... y que estará situada en la Casona Perlado-Verdugo, cerca de la saleta de Jovellanos. Servirá no solo para recordar o conocer su figura sino también para poder adentrarse en su obra literaria, gracias al interés que en ello han puesto el ayuntamiento jadraqueño con su alcalde Alberto Dominguez y el concejal de cultura Pedro Calvo, a la cabeza.
Hace cuarenta y cinco años moría el poeta con el verso puesto en Pastrana. Ahora, con esta iniciativa, se reafirman el recuerdo y la admiración a Ochaita en su pueblo, Jadraque, que nunca le olvida.
José Maria Bris Gallego.
18 de agosto de 2018. .