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El Gigante sobrevive a su año más adverso

Menor afluencia de público tras las dudas por la ubicación del festival, pero éxito en lo musical con muchas sorpresas de grupos emergentes ante la ausencia de una estrella que tirara del cartel.  A pesar de todo, el bajón de entradas entre los tres días solo ha sido de 1.500 con respecto a la edición precedente
 
rozalen-1 redimensionarFuera de los discursos, Rozalén cantó bien, sono bien y enamoró a sus seguidores. Foto: Luis Toquero

No ha sido un año fácil para el Festival Gigante. Más exactamente, no se lo han puesto fácil a los organizadores. El peor adversario que puede tener una actividad de esta envergadura es la incertidumbre. Que hasta un mes antes del festival no se supiera dónde se iba a celebrar es una goleada en contra difícilmente remontable. Con la enorme competencia de eventos parecidos en distintos lugares de España, ¿quién va a arriesgarse a reservar abonos y fechas en una ciudad que no sabe dónde quiere colocarlo? Mientras en Guadalajara discutíamos cuál era el mejor lugar, en el resto de ciudades con festivales, que son muchas y de superior poderío y respaldo económico, trabajaban por atraer a los cientos de visitantes que se perdían a borbotones por el agujero de la incertidumbre. No contentos con ello, equipo de gobierno y oposición -que hasta mayo ocupaban los sillones inversos- siguieron polemizando en redes incluso una vez comenzado el festival, con hiriente cruce de mensajes en las redes. Vamos, lo mejor para la imagen de Guadalajara y del festival. Y si faltaban pocos ingredientes para la polémica, se sumó Facua, que ahora está en todas las salsas y tiene denunciados a decenas de festivales de toda España por no permitir acceder con bebida ni comida. La noticia, como no podía ser de otra manera, salió pocos días antes de que arrancaran los conciertos en la Fuente de la Niña. El Gigante era noticia no por sus grupos, sino por si a los asistentes les dejan meter la tartera. La tormenta perfecta.

veroñas guadalajara redimensionarSon un grupo de mujeres llamado de The Veroñas. Son de Guadalajara, son brutales sobre el escenario, y tuvieron justa recompensa de sus paisanos, que madrugaron y gozaron viéndolas./ Foto: Luis Toquero

Todos estos grandes y pequeños avatares se sumaban a uno no menos importante: la ausencia de un gran grupo con tirón en taquilla. A decir verdad, solo media docena del panorama indie español venden entradas por sí solos: Dorian y Love of lesbian ya habían actuado, respectivamente, el año pasado en el festival y hace unos meses en el Buero Vallejo; Lori Meyers, Sidonie y Supersubmarina (estos últimos, aún convalecientes de su gravísimo accidente) no giraban este año; y Vetusta Morla e Izal, con cachés por encima de los 120.000 euros, se salen a buen seguro de las posibilidades económicas del certamen alcarreño. Así que la empresa organizadora ha tirado de imaginación para traer a grupos que, aunque tengan menor gancho popular, mantienen el nivel de calidad. A pesar de todo, el bajón de entradas entre los tres días solo ha sido de 1.500 con respecto a la edición precedente. Según confirma la organización a GUADALAJARADIARIO, el nivel de público no decreció ni el jueves ni el viernes. Incluso el jueves, gracias al tirón de Rozalén, hubo más audiencia que el año pasado. El viernes se mantuvo la entrada de 2019, y el problema mayor estuvo en el sábado. Aunque vuelve a ser la jornada con mayor afluencia, ahí sí que se notó cierto pinchazo si lo comparamos con el sábado de 2018 en el que Bunbury por sí solo llenaba lo más alto del cartel. Del mismo modo, si este jueves hubo una entrada apreciable fue en gran medida gracias a Rozalén, una artista con un público propio. Podrá atraer más o menos su propuesta musical, pero en Guadalajara volvió a quedar acreditada su solvencia en el escenario. Una propuesta que, como la de Rayden, viene acompañada de una alta carga de reivindicación política, que ha costado a ambos la cancelación de varios conciertos por el cambio de gobiernos municipales en varias ciudades. Afortunadamente, nada de eso ha pasado en Guadalajara, donde en pocos días actuarán Taburete. No se debe censurar a artistas de uno u otra tendencia política. Al que no gusten sus ideas o sus procedencias, que no vaya. 

Cooper redimensionarAlejandro Díez, que ha completado el resto de su notable carrera musical con el nombre de "Cooper", se despide este año de los escenarios. Un acierto incorporarlo al cartel de un Gigante.Foto: Luis Toquero

Especialmente densa políticamente fue la actuación de Rozalén. Pero a nadie engaña esta artista que ha hecho de su activismo feminista un sello y una bandera. Fuera de los discursos, cantó bien, sonó bien y enamoró a sus seguidores. Como también lo había hecho un poco antes Alejandro Díez Garín. Si no caen por el nombre, quizás sí les suene un gran grupo de finales de los 80 y principio de los 90 que se llamaba Los Flechazos y que capitaneó a las bandas mod de aquella época con himnos como "La chica de Mel" o "A toda velocidad" y que sonaron este jueves quizás por última vez en Guadalajara. Alejandro Díez, que ha completado el resto de su notable carrera musical con el nombre de "Cooper", se despide este año de los escenarios. Un acierto incorporarlo al cartel de un Gigante que habían abierto a primera hora de la tarde, aún con el sol pegando fuerte en el escenario Coca Cola, un grupo de mujeres llamado de The Veroñas. Son de Guadalajara, son brutales sobre el escenario, y tuvieron justa recompensa de sus paisanos, que madrugaron y gozaron viéndolas.

Floridablanca redimensionar Floridablanca, una vuelta de tuerca al funk de los 70 que está arrasando en Spotify con su hit "Solo de madrugada". Foto: Luis Toquero

El viernes el espectador también pudo ir comprobando que en los entresijos del cartel se iban escondiendo no pocas sorpresas agradables. Ya el día anterior un puñado de espectadores gozaron con la singular propuesta de Colectivo Panamera, una mezcla de cumbia, calypso y rock and roll. Y el viernes saltó también la sorpresa según iba atardeciendo en el escenario Guadalajara con Floridablanca, una vuelta de tuerca al funk de los 70 que está arrasando en Spotify con su hit "Solo de madrugada". Buen comienzo para la, en nuestra modesta opinión, jornada más completa del festival. Después llegó al escenario principal, y no por paisanaje sino por méritos propios, la gran Eva Ryjlen (ex de Idealipsticks y antes de Suitcase) con su nueva propuesta en solitario. La gran voz de la música en Guadalajara, y una de las mejores del panorama nacional, no defraudó a sus incondicionales. Como tampoco lo hicieron La Habitación Roja. Himnos como "Ayer", "La moneda en el aire", "Indestructibles" o "Voy a hacerte recordar" forman parte por derecho propio del cancionero indie patrio. Y aunque la responsabilidad ese día de liderar el cartel era de Sidecars y de Zahara, que firmaron dos conciertos muy sólidos, lo mejor estaba por llegar con Embusteros, un grupo que va a más y que promete estar en muchos escenarios grandes, y sobre todo con Ladilla Rusa. Lo que empezó como uno más de los grupos que mezclan música y comedia (ahí está también el éxito de Ojete calor o de Los gandules) se ha convertido en un auténtico fenómeno de masas. A pesar de la hora tardía, fue uno de los conciertos más multitudinarios de esta edición, y sus hits "Macaulay Culkin" y "Bebo (de bar en peor)" fueron coreados como si no hubiera mañana.Embusteros redimensionar Embusteros, un grupo que va a más y que promete estar en muchos escenarios grandes./ Foto: Luis Toquero

Y sí, sí que hubo un mañana. Otro Vermú Gigante que emula al ya famoso de Aranda de Duero. La cosa no tiene visos de llegar a tanto -y quizás sea preferible, sobre todo por la masificación y por las dichosas pistolas de agua que asuelan las calles arandinas- pero el ambiente volvió a ser espectacular. Ya empieza a ser tradición que los alcarreños solo pueblen el centro de esta manera tres días al año: el sábado del Gigante y el 24 y 31 de diciembre. La lástima es que el resto del año no haya más iniciativas de similar naturaleza que revivan el escaso casco histórico que sobrevivió a la piqueta. Pero ese es otro debate. Y aunque muchos aguantaron todo lo posible antes de subir al recinto, aún hubo un apreciable número de espectadores que arroparon a Yo, estratosférico, quizás la banda alcarreña de presente y futuro más sólidos, cuyo escenario Gigante se han ganado a golpe de buenas canciones. La organización quiso enganchar al público autóctono desde primera hora, y también colocó pronto a Tripulante y Crucero, el proyecto que lideran a partes iguales el madrileño Javier Peña y el arriecense Ernesto Vena. Su exquisita mezcla de pop, ritmos africanos y folk no llenará estadios, pero abarrota las almas. Coincidió el final de Tripulante y Crucero y el principio de Depedro, otra de las grandes voces del indie español, como sin duda lo es la de Sean Frutos, cantante de Second, con himnos eternos como "Rincón exquisito", "Nivel inexperto" o "2502". Pero la responsabilidad de liderar la noche recaía en Carlos Sadness, uno de los fenómenos indies del momento. Otro que arrasa en Spotify y que está consiguiendo trasladar ese éxito al escenario al rodearse de una banda muy solvente.Carlos Sadness redimensionar Carlos Sadness, uno de los fenómenos indies del momento. Otro que arrasa en Spotify y que está consiguiendo trasladar ese éxito al escenario al rodearse de una banda muy solvente./ Foto: Luis Toquero

Otro que arrasa en Spotify y que está consiguiendo trasladar ese éxito al escenario al rodearse de una banda muy solvente.

La cuota internacional la cubrió este año We are Scientist, un grupo probablemente desconocido para parte del público español, pero muy bien considerados en la escena norteamericana. Solo por escucharles ejectuar el "Nobody move, nobody get hurt" mereció la pena pagar la entrada de ese día. De Shinova y de las Chillers poco podemos decir porque nos tocó a esa hora ambientar el escenario Mahou. Pero las referencias son magníficas en ambos casos, sobre todo del descaro de Las Chillers, otro final de fiesta en condiciones. Aunque en realidad la despedida por todo lo alto vino de la mano de Superframe, una acertada tradición que no se debe perder y que en esta ocasión estuvieron acompañados del guitarrista de Dinero.

eva rylen redimensionarLa gran Eva Ryjlen (ex de Idealipsticks y antes de Suitcase) con su nueva propuesta en solitario./ Foto: Luis Toquero

Hasta aquí el apartado musical, que habrá satisfecho o decepcionado, emocionado o defraudado según con quienes se hable. Lo que sí parece opinión generalizada de los asistentes es la buena organización: puntualidad en el arranque de los conciertos, puntos suficientes de cambio de moneda, servicios, barras, establecimientos de comidas... Una de las etiquetas de este Gigante a lo largo de estas seis ediciones es que no es un festival masificado, que el recinto es cómodo, que el espacio está bien aprovechado y que se puede acceder en familia. Cada año vemos a más padres que se atreven a asistir con sus hijos pequeños, lo cual desmonta el esereotipo del festivalero borracho y gamberro. Se puede amar y disfrutar de la música respetando la instalación y al resto de asistentes.

Sidecars redimensionar Sidecars (en la fotrografía) y Zahara, firmaron dos conciertos muy sólidos. Foto:Luis Toquero.Y otro de los aspectos más positivos es la incorporación de algunos grupos y colectivos de Guadalajara al festival. Muchas de esas bandas se han nombrado en esta crónica, y a ellos hay que añadir la contribución de Radio Arrebato, de la que este cronista forma parte, y que han contado con un respaldo de público muy similar a los pinchadiscos de fuera. De hecho, la gran afluencia a ese escenario Mahou demuestra que fue un acierto colocarlo ahí el año pasado, porque sirve de bienvenida y arropa al público de madrugada cuando concluyen los grandes conciertos. Del mismo modo que es un acierto disponer del coqueto escenario CocaCola en la zona de comidas.  En eso y en otras muchas cosas nada tiene que envidiar este Gigante a festivales de mayor renombre como Sonorama, que viene siendo referencia permanente para Sideral. De hecho, Javier Ajenjo, director de Sonorama, ha estado omnipresente todo el fin de semana, con su grupo Glotón y como Di Yei Yei. Alguna idea también se habrá llevado para allá.

beluga-1 redimensionarY sí, sí que hubo un mañana. Otro Vermú Gigante que emula al ya famoso de Aranda de Duero. Actuación de Beluga en la plaza de Santo Domingo./Foto: Luis Toquero.

Después de echar cuentas y de hacer balance de aciertos y errores, le queda a la empresa organizadora el reto de intentar armar un cartel competitivo para el año que viene. Pero con incertidumbre poco se puede arriesgar. El Ayuntamiento tiene que decidir cuanto antes qué quiere hacer con el Gigante, y sobre todo dónde quiere hacer el festival el año que viene. Una ciudad como Guadalajara no se puede permitir el lujo de perder lo construido en estos seis años. De momento, el Gigante sobrevive. Veremos cuánto tiempo más.

FERNANDO ROJO

gigante2 1 redimensionarUna ciudad como Guadalajara no se puede permitir el lujo de perder lo construido en estos seis años. De momento, el Gigante sobrevive. Veremos cuánto tiempo más. En la imagen Embusteros. / Foto: Luis Toquero.

 

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