Las peluquerías y centros de belleza se han adaptado bien a la nueva situación imponiendo medidas de higiene
Las peluquerías se han adaptado a la nueva situación/ Gu Diario
Hace un mes ir a la peluquería o a un centro de belleza era impensable. Hoy estos comercios, unos de los primeros que abrieron sus puertas, han sabido adaptarse a la situación.
Las peluquerías ya no son lo que eran. No hay revistas y los elementos decorativos han sido sustituidos por esprays desinfectantes. Las peluqueras y esteticistas peinan y limpian casi a partes iguales. Lo que sea por dar normalidad a un negocio en el que la distancia de seguridad no se puede mantener.
La limpieza de pies es necesaria nada más entrar/ Gu Diario
Desde estos centros han tomado todas las medidas de higiene que han podido. Nada más entrar una alfombra con desinfectante limpia los zapatos. Dentro esperan el gel desinfectante y los guantes y las mascarillas si no los traes de casa. Los profesionales van en la mayoría de los casos con guantes, mascarillas FFP2 y con pantalla de protección. En el interior, si el espacio lo permite, se han eliminado puestos de trabajo para mantener la distancia de los dos metros entre clientes y en muchos casos se han puesto también mamparas que garanticen la separación física. Si no hay espacio se atiende a menos clientes. A eso se unen que todos los materiales están higienizados.
Se hace todo lo posible porque el contacto sea mínimo y las cosas de momento están funcionando. Los profesionales son los primeros interesados en que en su negocio no haya contagios. No quieren ni cierres, ni cuarentenas en sus negocios.
Rebeca Calleja, que regenta un centro de estética en la Avenida de Castilla, es la presidenta de la Asociación de Peluquerías y Centros de Estética de Guadalajara
Rebeca Calleja, la presidenta de la asociación de peluquerías y centros de estética de Guadalajara, ( que engloba a 30 comercios), asegura que la mayoría de los centros han abierto y aunque reconoce que es complicado trabajar en las nuevas condiciones destaca, por encima de todo, lo bien que se están adaptando los clientes. “Estamos sorprendidos de lo bien que están reaccionando. Con normalidad, con sentido del humor y aceptando la situación. Es lo que hay, tenemos que adaptarnos”-reconoce Calleja. A pesar de ello sigue existiendo una parte de la clientela que sigue teniendo miedo y respeto a la situación, pero la mayoría de las peluquerías y centros de estética tienen ya lista de espera para atender a sus clientes.
Unas condiciones de trabajo difíciles
La experiencia está siendo dura para los empresarios. Según confirma Calleja en muchos casos han tenido que hacer ERTEs y ahora son los titulares del establecimiento los que han empezado a levantar la persiana esperando a ver cómo evoluciona la situación. Eso está obligando a realizar jornadas maratonianas con poco tiempo para comer, pero con muchas ganas de sacar el negocio adelante porque “hemos estado con ingresos cero y eso no se da ni en los peores meses de facturación”- afirma Rebeca.
Cambio de precios
En cuanto a los precios de los servicios hay un poco de todo. Algunos han subido ligeramente los precios para hacer frente al coste de las reformas y otros recomiendan a los clientes que traigan su material de protección para evitar cobrárselo. “En nuestro centro de belleza les pedimos que traigan la mascarilla y los guantes que se los deben poner en la puerta, al llegar. Preferimos hacerlo para que no tener que cobrar dos euros más a los clientes”.
