El alcalde se pregunta cómo se puede luchar contra la despoblación si se pierden servicios fundamentales

Cajero automático de Tamajón

Las entidades bancarias siguen reduciendo su presencia en pueblos y capitales de la provincia, una disminución de servicios que en muchos casos se convierte en un problema para sus vecinos.

El último en denunciar la situación ha sido el alcalde de Tamajón quien denuncia que Ibercaja, la única que prestaba sus servicios en el pueblo, cada vez tiene menos presencia en el municipio. Hasta el comienzo de la pandemia la entidad enviaba un trabajador dos días en semana, martes y jueves, en horario de 9 a 14 h para atender las necesidades de los vecinos de esta comarca de la Sierra Norte de Guadalajara. Desde la vuelta a la nueva normalidad, el servicio se ha visto reducido a un único día a la semana, los martes, y en horario de 9 a 13 h. Una importante reducción de servicios al que se suma otro más: la desaparición del cajero automático.

El mes de septiembre del pasado año, responsables de IBERCAJA se ponían en contacto con el Ayuntamiento de Tamajón por medio de su alcalde para comunicarle que desde enero de 2022, la entidad bancaria había decidido retirar el servicio de cajero automático en el municipio. Pero a primeros del mes de diciembre, el cajero se averió, y no se ha reparado y aunque desde el ayuntamiento se ofrecieron a repararlo desde Ibercaja señalaron que es un servicio deficitario y que no lo iban a prestar más.

Eugenio Esteban, alcalde de Tamajón, recuerda que esta “desaparición afecta a muchos vecinos y trabajadores de la zona que tienen en nuestro municipio un punto de referencia de servicios y que de ahora en adelante, si nadie pone remedio, tendrán que desplazarse hasta Humanes o Cogolludo simplemente para sacar dinero”, se lamenta el alcalde “cada uno de los pequeños servicios que desaparece y que en otros lugares podrían pasar inadvertidos, es una batalla perdida más contra la despoblación de zonas rurales con una gran riqueza natural y cultural, pero que se ven abocadas a la pérdida de población entre otras cosas por la pérdida constante de servicios fundamentales que no son sino un derecho como para el resto de ciudadanos."

“Las administraciones superiores-continúa el alcalde- deberían consideran que determinados servicios, aunque sean deficitarios, son un derecho y una necesidad para los ciudadanos de los pueblos, y que quienes más perjudicados salen en toda pérdida de servicios, por pequeña que sea, son siempre nuestros mayores. Los jóvenes, gracias a las nuevas tecnologías, tienen otras capacidades, pero los mayores siguen necesitando tanto el trato personal como otras herramientas que les ha costado mucho aprender y de las que ahora también van a tener que prescindir, con las limitaciones que ello supone”, afirma Esteban.