Centenares de personas apoyaron con su firma en el mural la candidatura del Infantado. Fotos: Guadalajara Diario. Varios miles de vecinos se pasaron por el Palacio del Infantado en la tarde-noche del viernes en donde se celebraba uno de los actos incluidos en el ambicioso programa que el Ayuntamiento de Guadalajara desarrollará a lo largo de los próximos meses para promocionar la candidatura del histórico edificio a Patrimonio Mundial de la Unesco. Un sueño lejano y que no se oculta será “muy difícil” por la gran competencia existente.
El sueño de convertir al palacio del Infantado en Patrimonio Mundial de la Unesco es antiguo. En el Ayuntamiento se empezó a mover en la alcaldía de José María Bris, pero no fue hasta esta última época con Antonio Román cuando se dio el definitivo empujón al pasar el primer corte y ser admitida su candidatura. A partir de ahora, comienza un proceso largo y “muy difícil”, como reconocía ayer el propio Román.
Un largo camino lleno de dificultades
Una de las dificultades es que gran parte del palacio no pertenece a su fábrica original, que se remonta al siglo XV cuando el duque don Íñigo López de Mendoza emprendió las obras. En 1483 ya estaba construida la fachada, poco después el patio, y al terminar el siglo XV lucía el monumento en todo su esplendor gótico, con ricos artesonados y otros lujos de la época. En el 1569 se hicieron más reformas, que tendían a parangonar el palacio de los Infantado con el que Felipe II levantaba en Madrid, todavía una modesta capital de España. En los siglos posteriores, los Mendoza marcharon a la corte y el palacio entró en el abandono.
"De Guadalajara al mundo...", la dedicatoria del alcalde. Fue vendido al ministerio del Ejército, que lo acabó destinando a residencia de huérfanas de militares, y el 6 de diciembre de 1936 recibió el impacto de varias bombas incendiarias que lo convirtieron en una gran pira. Por ello hubo que proceder a una laboriosa reconstrucción en la que se rescataron materiales antiguos que se emplearon junto con los nuevos. Este es uno de los obstáculos de su candidatura a Patrimonio Mundial, si bien como recurda el alcalde, la reconstrucción se llevó a cabo por los mejores arquitectos de la época y desde la propia dirección general de Bellas Artes. Y su gran resultado queda a la vista. Con diseño original del gran arquitecto Juan Guas (castillo de Manzanares, San Juan de los Reyes, Guadalupe...) una larga nómina de artistas mudéjares participaron en su maravillosa decoración a base de artesonados, frisos, azulejerías, pinturas, rejas…
El segundo inconveniente de la candidatura es más de tipo local. España tiene ya varios monumentos que gozan de ese reconocimiento, por lo que en la última época ha habido tendencia a que se premien espacios naturales. De hecho, en el último año España llevó los dólmenes de Antequera, que luego no fueron elegidos. Por ello, y según nos comenta el técnico municipal de Patrimonio, Pedro J. Pradillo, no hay que tener prisa y lo importante es que el Infantado está en la lista de candidatos. Si luego se tardan otros cien años en lograr esa declaración de Patrimonio Mundial, pues ya se verá.
Con independencia de ello, el Ayuntamiento quiere aprovechar la ocasión para implicar a la sociedad arriácense con su palacio, y ese es el objetivo del acto de La Noche de los sentidos. Fue muy emotivo ver como el gran mural blanco que se colocó en el patio de Los Leones se fue llenando de dedicatorias de los guadalajareños, apoyando la candidatura a Patrimonio Mundial. Hubo también pasacalles, actuaciones en directo, catas de aceite, miel y vino, proyecciones, talleres… Y fue una oportunidad para que algunos conozcan las salas del Duque con los frescos de Cincinato, los mosaicos romanos o la exposición permanente del Museo Provincial, “Transitos”, que nos servirá para ir conociendo los distintos periodos de la historia de nuestra provincia desde la edad de piedra al arte contemporáneo. Aunque si no ha tenido mucho tiempo es aconsejable acudir al museo en un día normal, y los más interesados podrán completar esa visión de Guadalajara en los restos más espectaculares que conserva el Museo Arqueológico Nacional.
Carlos Gumiel, de Aurum Gastrobar, ganador del concurso de pinchos.Aurun Gastrobar, ganador del concurso de pinchos
El pincho "Bizcocho de imperial porter, foie, trufa y miel", del establecimiento Aurum Gastrobar, fue el ganador del concurso de pinchos "Palacio del Infantado. ¡De Guadalajara al mundo", organizado por el Ayuntamiento de Guadalajara.
El fallo se dio a conocer coincidiendo con la celebración de La Noche de los Sentidos para promocionar dicho monumento e impulsar su candidatura. En el acto estuvieron tanto representantes municipales como el delegado de la Junta, Alberto Rojo, o la delegada de Cultura, Rocío López, entre otros.
Los tres premiados: Carlos Gumiel (Aurum Gastrobar), Elizabeth Baños (Post Post) y Mario de Lucas (El Bistró de Lino), con las autoridades presentes en el acto.
Fotografía del pincho ganador. Su autor es Carlos Gumiel (en la foto mostrando el trofeo), que viene de quedar segundo en Madrid Fusión. El pincho lleva una base de bizcocho elaborado con trigo de Sigüenza, miel de la Alcarria y una reducción de cerveza Arriaca negra. Sobre él monta foie de pato y virutas de trufa de Molina, que son los ingredientes principales. Y lo culmina una esponja de amareto. El pincho se despacha en Aurum Gatrobar al precio de dos euros. Los galardones fueron entregados por el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, al establecimiento ganador, Aurum Gastrobar representado por Carlos Gumiel González, vencedor del premio Infantado de Oro, dotado con 1.500 euros, en los criterios de sabor, presentación, originalidad, utilización de materias primas, tema e inspiración.
Los ingredientes empleados han sido cerveza Arriaca negra Imperial Porter, harina de trigo negrillo de Sigüenza, miel de romero DO Alcarria y trufa negra de Molina.
El pincho está inspirado en el Infantado como tesoro de Guadalajara, el foie que esconde en su interior representa a los tesoros que este edificio guarda; la decoración floral que acompaña a la propuesta, como la flor de romero utilizada, representa a sus preciosos jardines, epicentro de la actividad ducal en esos siglos de esplendor.
El toque final lo aporta la esponja de miel y romero, ubicada como colofón en la parte superior del pincho, que simula las puntas de diamante que decoran la fachada de tan emblemático edificio.
Los tres premiados: Carlos Gumiel (Aurum Gastrobar), Elizabeth Baños (Post Post) y Mario de Lucas (El Bistró de Lino), con las autoridades presentes en el acto. El segundo clasificado, premio Infantado de Plata y dotado con 1.000 euros, ha sido el establecimiento Post Post representado por Elizabeth Baños Paredes con el pincho "Trucha del Tajo escabechada sobre base crujiente de jamón de Atienza y aroma de miel de la Alcarria".
El tercer y último clasificado, premio Infantado de Bronce y dotado con 500 euros, ha sido el establecimiento El Bistró de Lino, representado por Mario de Lucas, con el pincho "Columna de Patio de los Leones con corazón de pato y velo de membrillo, coronado con pistacho".
