EL JARDÍN SECRETO DE ALOVERA

Un proyecto educativo que derriba fronteras 

            “Donde haya una rosa, hijo mío, no crecerán villanos”. Frances Hodgson y su jardín secreto. Frances nos incitaba en su obra, hace ya un siglo, a cultivar la rosa aunque ya advertía que el secreto no estaba en la flor sino en el cuidado que se había de poner en su cultivo. Es obvio que la Hodgson no estaba hablando de horticultura sino de Educación. De cómo educar un espíritu para la libertad.

         Frente al palacio del Infantado.   En aquel año de 1911 otra fémina, bajo el disfraz de Colombine, proclamaba por toda España La misión social de la mujer. Era la primera vez que se celebraba el Día Internacional de la Mujer y Carmen de Burgos, que había trabajado de maestra en la Escuela Normal de Guadalajara, compartía con Hodgson el secreto para conseguir una sociedad más igualitaria. Si se quería regenerar el país, había que comenzar por educar a la mujer en sus derechos y en sus lecturas.

            Esta semana en la que volvemos a celebrar el Día Internacional de la Mujer el IES Carmen Burgos de Seguí de Alovera abre de par en par la verja de su jardín secreto. Durante tres cursos escolares ha estado cultivando un proyecto educativo más allá de los estándares y de los decretos oficiales. Junto a otros cuatro centros educativos europeos - el Instituto Comprensivo Dante Alighieri de Cornate D’Adda (Italia), la School St. Cyrill and Methodius de Satovcha (Bulgaria), el Agrupamento de Escolas de Sao Martinho do Campo (Portugal) y la Scoala Gimnasiala Constantin Siete de Comuna Bucov (Rumanía)- ha revivido la utopía de un jardin sans frontières.

            Financiado por la Unión Europea, este proyecto de colaboración estratégica ha permitido a los alumnos y profesores de Alovera descubrir en estos tres años la realidad educativa de estos otros centros y compartir con ellos experiencias e impresiones. Paseando por los jardines del Palacio de Cristal de Oporto o por las umbrías sendas de Satovcha, los alumnos afortunados han descubierto en el viaje una nueva forma de conocimiento. Cada centro, obviamente, funciona de acuerdo a su plan educativo nacional  y a los recursos propios que en todos los casos son muy limitados. Pero lo que todos ellos comparten es la pasión por enseñar y el compromiso de que esta educación contribuya a crear una Europa más solidaria y más justa.   

        Ante el acueducto de Segovia.     Los paseos por estos jardines del viejo continente, como en el cuento de Hodgson y como lo habían sido antes los paseos por el olivar de la Academia de Platón, conllevan un diálogo fructífero con la Naturaleza. Las diversas actividades interdisciplinares que van desde la traducción al francés -lengua vehicular del proyecto- hasta el desarrollo de talleres específicos de papiroflexia, biología y nuevas tecnologías o plantaciones de árboles en los parterres anexos al instituto no son un objetivo en sí sino un medio para descubrir en el camino la capacidad del ser humano para domesticar y embellecer su entorno. El jardín sin fronteras se convierte así en una metodología idónea para experimentar una educación donde la lengua o la historia de cada uno de nosotros, ya seamos europeos del Este o del Oeste, no impida que convivamos en paz y forjemos juntos el futuro de un continente que sea cada vez más abierto y más inclusivo. El jardín sin fronteras se revela así una eficaz herramienta educativa que contribuye, además, a estrechar los lazos entre alumnos, familias y profesores.

            Estos días, en el IES Carmen Burgos de Seguí, alumnos y profesores de Bulgaria y Portugal clausuran con su visita el programa. Una primavera primeriza sorprende a todos ellos en los jardines del Real Sitio de San Ildefonso, en los estanques de Sabatini y en los caprichos del Retiro; y también en los parterres del Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo y en  los árboles centenarios de San Roque y La Concordia. Medio centenar de familias acogen en sus casas a los invitados y les descubren sabores y costumbres. No hay ocasión que perder para meter la pata y meterla hasta el corbejón en este guirigay transnacional donde meterse en un jardín se ha vuelto sinónimo secreto de educación. 

Carlos Alba Peinado

Profesor de Lengua y Literatura

IES Carmen Burgos de Seguí (Alovera)