España viene sufriendo históricamente  intensificado desde finales del siglo XIX, un acoso a su estructura de Estado, siendo como es la nación más antigua de Europa con mas de cinco siglos de existencia, por parte de movimientos separatistas nacidos de manera especial en el País Vasco y en Cataluña.

Separatismo, que como ocurre en la mayoría de los casos que se producen en Europa, nace de las regiones más prósperas de los países, reacias a ser subsidiarias y solidarias, (así lo dice nuestra Constitución), con las más pobres y abandonadas, ya que no quieren que con sus impuestos se ayude a estas.

Por lo general los separatistas hablan en nombre de las burguesías y de los estamentos más altos de las clases medias, que piensan que la riqueza relativa de las regiones les permitirá una existencia de privilegio ante los demás.

Y a esos movimientos insolidarios y egoístas, se une una parte de la izquierda que considera que desmenuzar las naciones, puede acabar con lo que ellos consideran “imperialismo” y ven más fácil establecer allí sus ideas y sus políticas.

Todos ellos buscan el ser luego Naciones en Europa, con el contrasentido que representa  ir adelgazando los estados en una organización como la Comunidad Europea fundada el 18 de abril de 1951, precisamente para lo contrario, para crear una institución internacional en el que la fuerza de los Estados se uniera para hacer más fuerte la Comunidad y hacer frente de la mejor manera posibles a los retos de competitividad económica, social y política ante las demás instituciones supranacionales y ante las grandes naciones del universo.

En estos momentos existen en Europa 26 naciones, es decir el 50% de las que la constituyen, que padecen movimientos separatistas dentro de sus infraestructuras territoriales, movimientos que afectan a 86 regiones que aspiran a convertirse en miniestados, entrando a formar parte de manera independiente del mapa de nuestro continente.

Como se ve muchos movimientos separatistas en Europa, de los que habría que destacar  los de más interés mediático, como son los dos indicados de España, en Cataluña y el País Vasco en que aquellos buscan la independencia.

Al igual que sucede en Escocia, donde tratan de conseguir, según dicen ellos, un estado libre e independiente , separándose de Inglaterra pero estando dentro de Europa y con la libra como moneda.

También hay movimientos separatistas en Bélgica, por parte de los flamencos que desean crear la republica de Flandes y por parte de los valones cuyo objetivo es unirse a la Valonia francesa.

En Italia,  la Liga del Norte, con el lema de “Roma ladrona”, se opone a subsidiar a las regiones más pobres del sur de Italia, y ya ven que la “acusación “ de Mas en Cataluña de que “Madrid nos roba” no es original y buscan el mismo objetivo, el odio y la ruptura del Estado.

En Alemania hay quien habla de una Baviera independiente y entre corsos, sardos, catalanes  piamonteses, vascos, crimeanos, moravos, etc,etc, se busca despedazar las naciones con la creación de miniestados, con un desarrollo retrógrado que quiere llevar a Europa a la configuración territorial del medievo y a la posible balcanizacion de los conflictos.

Son naciones todas ellas que quedaróan fuera de la Unión Europea, pues nadie puede pensar con un poco de juicio que el parlamento europeo actual, en el que están representadas 28 naciones que hablan 24 idiomas oficiales, de atenderse a los movimientos separatistas, pudiera albergar hasta 89 estados con decenas de lenguas oficiales que lo convertirían en una torre de Babel totalmente ingobernable e inútil para defender los intereses de una Europa fragmentada y debilitada que como aquella, caería confundida y maltrecha.

JOSÉ MARÍA BRIS GALLEGO

21-mayo-2014.