En el mes de noviembre de 2009 me desplacé con el alcalde de Jadraque Alberto Domínguez Luis y el teniente alcalde Mariano Cerrada Eras a Gijón a dar una conferencia invitado por el presidente del Foro Jovellanos, en la Biblioteca Pública, sobre la estancia de Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811) en Jadraque en el verano de 1808 , cuando puesto en libertad , abandonó su prisión del Castillo de Bellver de Palma de Mallorca donde se encontraba desde el año 1801, acusado de varias causas “por sus ideas filosóficas y su ambición” y se vino a Jadraque a descansar a casa de D.Juan Arias de Savedra y Verdugo de Oquendo (1737-1811), que había sido su tutor en el Colegio de San Ildefonso de Alcalá de Henares y al que le unía una amistad tan especial , que existiendo entre ellos una diferencia de edad de solo siete años , le llamaba “papaíto”.
Una copia de El Jadraque, que Goya pintó, y que se exibe en la Saleta de Jovellanos. El original está en el Museo del Prado.Jovellanos llegó a Jadraque el 1 de junio de 1808 y lo abandonó el 17 de septiembre , yendo hacia Aranjuez donde se reunía la Junta Central, de la que formaba parte, representando a Asturias. En Jadraque, con la colaboración de su fiel secretario y excelente pintor el canónigo Manuel Martínez Marina dejó una de las curiosidades más interesantes de nuestra provincia , en una pequeña saleta de 4,74 X 4,50 , con una chimenea de mármol, en cuyas paredes y techo se pueden contemplar 17 pinturas, que reflejan parte de la vida de Jovellanos, desde la añoranza de su Asturias natal a sus ansias de libertad y su prisión en el castillo mallorquín.
Entre las pinturas de la Saleta, hay 6 de ellas que se atribuyen al genial pintor aragonés Francisco de Goya y Luciente (1746-1828), amigo de Arias de Savedra y de Jovellanos, a los que había pintado sendos retratos y que habían llegado a Jadraque en los primeros días del mes de septiembre, rumbo a Zaragoza. También pintó el cuadro de Jovellanos, conocido por “El Jadraque”, por considerar que fue aquí donde lo realizó. En él se representa al prócer asturiano en una imagen reflexiva, sentado, y con el brazo izquierdo apoyando el codo en la mesa y la mano en la sien.
Este cuadro perteneció a la familia Verdugo, hasta que en 1877, uno de los herederos, Antonio Botija Fajardo (1840-1922) lo vendió al anticuario madrileño Mariano Santamaría , pasando después a la Marquesa de las Torres y más tarde a la vizcondesa de Izuerte, quien en 1974 lo enajenó al Museo del Prado, donde actualmente se expone.
En La Saleta se pueden contemplar 17 pinturas, que reflejan parte de la vida de Jovellanos, desde la añoranza de su Asturias natal a sus ansias de libertad y su prisión en el castillo de Mallorca (en el cuadro de la imagen)
En el ayuntamiento de Gijón, fuimos recibidos por la alcaldesa Paz Fernandez Felgueroso, y en una de las salas nobles de la Casa Consistorial, contemplamos una copia del cuadro, que en la ciudad se conoce con el nombre de “El Jadraque”, lo cual nos hizo una gran ilusión.
Los que visiten Jadraque, no pueden dejar de subir al Castillo del Cid , que como dijo José Ortega y Gasset (1883-1955) se halla sobre el cerro más perfecto del mundo y contemplar desde él, la belleza del inigualable Valle del Río Henares , cerrado en el horizonte por la mole grisácea del Pico Ocejón (2.049 metros), la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, con las rejas de hierro forjado donde el obispo Francisco Santos Diaz Bullón (1687-1764) , ejerció su magisterio durante los años 1757 a 1761 , en que abandonó Sigüenza por discrepancias con el Cabildo e hizo a Jadraque durante esos años cabeza de la sede episcopal , los recuerdos del poeta José Antonio Ochaíta (1905-1973), fotos, retratos y manuscritos en la reproducción de su despacho que se encuentra en la Casona Perlado-Verdugo y en ella también el singular Museo de Guarnicionería de Miguel Gomez Urès.
Y desde luego entrar y contemplar la Saleta de Jovellanos , donde también se puede admirar una copia del retrato que Goya le hizo , “El Jadraque”, obra que realizó la pintora malagueña Dolores Sánchez Bravo y que la Diputación Provincial entregó en 1987 para que la gente pudiera admirarlo en el mismo lugar en que fue pintado en 1808.
José Maria Bris Gallego.
22 de febrero de 2022.






