Tarde de otra época con toros imposibles de San Martín. Sánchez Vara tira de experiencia, mientras Román y Sergio Serrano pasan una mala tarde. Un Román sobrepasado en su segundo toro no fue capaz de matarlo y recibió los tres avisos. /Fotos:GUDiario/ Álex Jiménez.

Ficha:

Cinco toros de San Martín (encaste Santa Coloma), uno como sobrero de Carmen Valiente en tercer lugar (encaste Domecq): Excelente presencia, varios aplaudidos de salida. Muy complicados, justos de fuerza, encastados y desarrollando mucho sentido. Ninguno apto para el lucimiento. Devuelto el tercero, por inválido, el sobrero resultó el de más opciones aunque incierto. Imposible para la lidia el sexto.

Sánchez Vara demostró profesionalidad y recursos ante unos toros imposibles.

Sánchez Vara: Mete y saca en los bajos y bajonazo (silencio); casi entera tendida y descabello (oreja). 

Sergio Serrano: Estocada delantera, descabello y puntillazo (silencio); bajonazo, pinchazo caído, pinchazo hondo y descabello (silencio). Román: Dos medias cruzadas –aviso- y descabello -saludo desde el tercio-; pinchazo tendido, media caída y perpendicular, pinchazo hondo, pinchazo - tres avisos- (división de opiniones en la despedida).

Cuarta y última de feria. Media plaza en tarde soleada y calurosa. Se presentaba en la Plaza de Las Cruces Sergio Serrano.

Sanchez Vara, Román y Sergio tuvieron una corrida complicadísima.

Crónica

Triste espectáculo el que se vivió en La Plaza de Toros de Las Cruces para cerrar feria. Sobre todo en el sexto toro. Nada más salir a la plaza el último astado cantó sus hechuras “asaltilladas”: toro serio, casi sin cuello, cárdeno entrepelado y muy ofensivo por delante. Marcó su querencia reservona y se fue acrecentando a medida que pasaba la lidia. Imposible en los lances de recibo donde parecía quererse desplazar por el pitón derecho pero parado por el izquierdo. Cuando salió el caballo empezó un espectáculo de hace siglos, con el toro yendo y viniendo del caballo y casi desmontando al picador.

Román terminó desquiciado

La cuadrilla de Román, desquiciada. El toro entró claramente tres veces al caballo y el picador las tres veces le metió las cuerdas, por cierto la primera vez muy aplaudida por el público. Luego comenzó el despropósito cuando el presidente, correctamente, cambió el tercio y Román ordenó al picador que volviera a picar al toro fuera del tercio. De camino a la puerta de cuadrillas todavía intentó meter al toro otra vez al caballo, pero el astado, ya sabiendo lo que le esperaba, decidió no acudir.

Correcto cambio del presidente

En el tercio de banderillas una muchedumbre pidió, una y otra vez, que los banderilleros fueran a un toro que se defendía y con mucho peligro, mientras los banderilleros pasaban, una y otra vez, sin clavar ningún arpón. El presidente, correctamente, cambió el tercio ante la bronca generalizada. Es verdad que el toro era imposible pero además la cuadrilla de Román no estaba preparada ni capacitada para este trance.

Cuando Román salió para el último tercio, el torero ya estaba sobrepasado. Salió para intentar justificarse con un macheteo, pero ni eso. No fue capaz de andarle al toro ni someterle, que era lo que pedía. Cuando fue a por la espada no encontró sitio para meter la mano,y, una vez tras otra, pasó sin convicción suficiente. Al final escuchó los tres avisos y gracias.

En el primero, Román vio salir a un toro inválido de San Román, que tras dos tristes paseos por el ruedo fue devuelto. El sobrero de Carmen Valiente fue el toro con más opciones de la tarde, aunque con mucho peligro sordo. El astado pasaba por la muleta de Román pero antes le probaba y miraba. Román estuvo muy firme y pese a la poca calidad en las embestidas y la nula transmisión, realizó una faena de mucho mérito que no llegó a los tendidos. Aun así si hubiera matado bien habría cortado una oreja.

Sánchez Vara ren el último tercio.

Sánchez Vara, un superviviente

A Sanchez Vara cuando a otros les está ahogando el agua, él nada con tranquilidad. Es un superviviente y en el circo Romano, pese a que otros hubieran tenido más arte o prestancia, él hubiera sobrevivido. A sus dos toros, cuando otros les hubieran masacrado en varas, él solo les dio dos puyazos que casi no mancharon el peto del caballo. En banderillas estuvo muy correcto, solo falló en el último par del cuarto toro, que se fue al suelo, pero sabía que el toro no iba a volver a pasar y por eso cambio el tercio. Realizó dos faenas cortas, muy profesionales, de pocos muletazos, pero dándoles a cada toro la ración que tenían. No salió por la puerta grande en esa corrida imposible, porque en el primero falló con la espada. Al segundo lo cazó y se llevó la única oreja de la tarde.

Sergio Serrano vino disminuido a Guadalajara y se le notó.

Sergio Serrano no estaba preparado

Sergio Serrano se equivocó, ni él ni su cuadrilla estaban preparados para este trance; sobre todo físicamente. Sergio Serrano arrastra una cornada sufrida en Azpeitia y tras la paliza de ayer por un Victorino en Albacete, no debió haber toreado. Además, su cuadrilla estuvo descompuesta, mal toda la tarde, haciendo todo al revés. Sólo se salvó un impresionante Diego Valladar, el de Daganzo, afincado en Fuentelencina, que realizó dos grandes tercios de banderillas y salvó la papeleta a sus compañeros. Importante salto de calidad y compromiso del tercero, que además estuvo certero con la puntilla cuando más falta le hacía a su matador. Serrano, tras lidiar al quinto toro, pasó por la enfermería de Las Cruces.

No se llegó a la entrada de días anteriores, pero hubo media entrada con un cartel modesto.

Mientras todo esto pasaba en el ruedo, los dos responsables del Ayuntamiento de Guadalajara que impusieron a la empresa traer la corrida de toros del Adolfo Martín, que no dio el peso para ser lidiada, comían pipas tranquilamente entre curas y cofrades. Estarían pensando el discurso triunfalista post feria...

Enhorabuena a todos los toreros que estuvieron ayer en el en la arena.

Tercero inválido de salida

Dentro del despropósito de feria que se lleva en los corrales de la plaza, se aprobó un tercer toro inválido desde la salida por los chiqueros. El corrido en tercer lugar fue pegado por sus compañeros en los corrales de Santo Domingo y por la mañana se le apreciaban varias cornadas. Por razones difícilmente comprensibles fue aprobado y a los dos minutos de estar en el ruedo fue devuelto a los corrales. El toro, de hechuras perfectas dentro del encaste Santa Coloma, se mostró imposible para la lidia.

Jaime Hita Cuadrado

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