Allí están los robles más antiguos y robustos de la provincia de Guadalajara.
Una imagen de un rolble centenario en la dehesa boyal de Peñalba./ En torno a Peñalba de la Sierra, se ha hecho un cortafuegos perimetral en la parte de arriba de la ladera para protegerla y los medios han estado efectuando descargas para crear una franja de protección.Foto: S. Barra.
Las noticias no son buenas sobre la evolución del incendio en el entorno del Pico del Lobo, la montaña más alta de Guadalajara y Castilla-La Mancha (2.273 metros) y la propia consejera ha reconocido esta mañana, tras elevar a nivel 2 la emergencia del incendio, que “de cara a esta tarde (de viernes) está previsto que haya rachas de viento que pueden alcanzar 30 km/hora y esas características no van a beneficiar la evolución del incendio y por eso se van a hacer todos esos trabajos de prevención, adelantándonos a su propagación”.
Impresionantes robles centenarios en la dehesa boyal de Peñalba. /Foto: S. Barra.
Hasta ahora, el área quemada, a pesar de que se extiende a las 1.800 hectáreas, solo ha afectado a matorral, brezo y vegetación baja, que si bien es de gran belleza y nos recuerda a los valles pirenaicos, al menos carece de arbolado. Pero como ya se ha reconocido esta mañana por los técnicos, el incendio ha avanzado más de lo que se esperaba y “está entrando en zonas complicadas”, una situación de empeoramiento que ha obligado a cambiar la estrategia de ataque y a aconsejar el desalojo preventivo de los núcleos de población cercanos: las aldeas de Peñalba de la Sierra y La Cabida, aunque uno de los jovenes ganaderos se niega a marcharse pero estará permanentemente localizado.
Robles viejos en la Dehesa Boyal de Peñalba. / S. BarraPues bien, si hasta ahora el área quemada es fundamentalmente matorral, la situación podría empeorar si el incendio avanza hacia zonas boscosas en el propio término de Peñalba de la Sierra. En el entorno de esta aldea típica de nuestra arquitectura negra, se encuentra la Dehesa Boyal de Peñalba de la Sierra en la que sobreviven desde hace siglos algunos de los robles más robustos de esta parte de Castilla.
Peñalba está en la hondonada de un valle que lo protege del fuerte viento que llega habitualmente desde El Rocín -un gran inconveniente en todo incendio- y es, con sus 1.282 metros, uno de los pueblos más altos de la provincia. Allí viven cuatro vecinos dedicados a la ganadería, vacas y ovejas que pastan plácidamente por las verdes praderas de alta montaña, que ya han sido afectadas por las llamas. Pero la desgracia ecológica todavía podría ser peor, ya que en el entorno del pueblo se encuentra una dehesa boyal formada por prados comunales en los que pasta el ganado, que han sido mantenidos por sus comuneros, y en los que han crecido a través de los siglos los robles más hermosos de Guadalajara, con copas de más de 8 metros de altura y un ancho tronco que se necesitan los brazos de más de tres personas para rodearlo. Para que esto fuera posible, hubo que seleccionar los rodales de robles y despejar el terreno en torno al tronco más vigoroso, para favorecer su crecimiento y el pastoreo bajo su sombra. Estas prácticas se dejaron de hacer hace decenas de años en la mayoría de los robledales de Guadalajara, que se han asilvestrado y degradado sin remedio.
El caserío de Peñalba, visto desde el camino que accede al pueblo. Todo esto se enuentra en peligro por este incendio que lleva ya seis días sin que hayan conseguido dominarlo./S. Barra.
Pues bien, esta joya ecológica de Guadalajara, con los mejores robles en el sur de Castilla, está en peligro si los servicios de extinción de incendios no logran frenar el fuego declarado en el entorno del Pico del Lobo. Dada la complejidad del mismo, se ha decidido el empleo de contrafuegos para evitar que el fuego se siga extendiendo y llegue a áreas arboladas. O al mismo caserío de Peñalba de la Sierra, seguramente una de las zonas más tranquilas y paradisiacas de la provincia de Guadalajara, hasta que el domingo 21 todo su entorno empezó a arder, parece que por el efecto de un rayo, según las evaluaciones preliminares. Que habrá que confirmar.
Praderas de alta montaña rodean a Peñalba este pueblo serrano que está hoy amenazado por el incendio. /S. Barra Hasta ahora, la pradera de alta montaña de los valles del Silencio o el Berbellido se podrá reponer por el efecto de la naturaleza en dos o tres años. Pero la pérdida de estos robles varias veces centenarios de la Dehesa Boyal de Peñalba, si fueran alcanzados por las llamas, sería irreparable. Una tragedia ecológica total.







