Será esta tarde a las 19:00 en el salón de actos de la Biblioteca.
Pablo López Calle, doctor en Ciencias Políticas y Sociología y profesor en la Universidad Complutense de Madrid, nos hablará de la transformación del campesino en obrero fabril y sobre la colonia industrial construida a la sombra de la fábrica de cementos El León, en Matillas (Guadalajara).
Historia de la fábrica.
Los antecedentes de esta fábrica los podemos encontrar hacia 1904. En estas fechas se comenzó en Matillas la abertura de canteras donde conseguir la materia prima. Así se abrió primero una pequeña fábrica al pie de una cantera, conocida como El Gurugú.
En 1909, una compañía inglesa representada por Carlos Clayton Ray y la Sociedad Financiera y Minera (que estaba ubicada en Cendejas de la Torre) decidieron constituir la Compañía Anglo-Española de Cementos Portland, con un capital inicial de 103.000 libras, creando una fábrica en Matillas. Proyectado para producir 40.000 toneladas de cemento al año, el complejo industrial funcionaba por la fuerza motriz hidroeléctrica de una potencia de 1000 caballos proveniente de un salto de agua cercano a la fábrica.
Hasta su inauguración oficial en 1919, cerca de dos mil obreros construyen la fábrica de cemento al nivel del río. A sus pies se estableció una estación de tren perteneciente a la vía férrea Madrid-Barcelona.
La producción en los primeros años abastecía un mercado provincial. En la segunda década del siglo pasó a abastecer al resto del país, siendo sus clientes grandes empresas que concursan a obras públicas que promueve la administración estatal. En 1926 la fábrica de Matillas pasó a ser de capital español, al ser adquirida por el magnate industrial y banquero Alfonso Fierro.
Los años de la dictadura de Primo de Rivera son favorables para la empresa, debido a la importante demanda de cemento generada por la política estatal de obras públicas. Será la única que progrese en la provincia de Guadalajara en esos años, aumentando la producción un 18% y el empleo el 2%. Con la llegada de los efectos de la crisis económica a España viene una fuerte caída del consumo de cemento, con las lógicas repercusiones para la empresa. La paralización de las ventas se resolvió con una regulación de empleo, tratando de despedir a 200 trabajadores y amenazando con cerrar la fábrica trasladando la maquinaria a Yeles (Toledo).
Una vez finalizada la guerra civil y la postguerra, la empresa realiza una estrategia de rentabilidad basada en el uso intensivo de todos los recursos y que, a la larga, resultó perjudicial. Desde 1973 se produce una crisis de sobreproducción a la que se intenta dar salida con el aumento de exportaciones a precios muy bajos, mientras se procedía a la desmantelación de parte de las instalaciones.
Hoy en día la antigua fábrica ha sido reconvertida en almacén de semillas de la empresa Agrosa, empresa dedicada a la investigación, producción y comercialización de productos y servicios para la agricultura y la ganadería



Tamajón. Viernes, 19


