
BOTARGAS DE GUADALAJARA
(Cuando alumbra febrero)
Es el tiempo de botargas.
Quiere renacer el mundo
de su letargo profundo
y de su noches más largas.
Suben y bajan las vargas
de las cuestas de febrero,
con aire carnavalesco
y su vestido grotesco.
Y con cuernos en sombrero
y las piernas zanquilargas.
Retales de mil colores:
verdes, azules o rojos.
Los ven bailando los ojos.
Amarillos y más blancos
persiguen por todos flancos
con rostros enmascarados.
Danzan por todos costados
desde siglos del Medievo.
La tierra ya huele a nuevo.
Botargas ya portan flores.
La botarga de Arbancón,
dientes, cuernos y calzón.
Robledillo Mohernando
con palo viene saltando.
Humanes, Fuencemillán,
paños de fuerte gabán.
Málaga del Fresno, Humanes,
saltarines ademanes.
Peñalver y Montarrón
verde rostro, buen bastón.
Tórtola de rombos raros
verdes, amarillos, claros…
Botargas y Mascaritas
de la serrana Almiruete
donde el miedo se te mete
viendo tales figuritas.
Albalate de Zorita
o de Beleña de Sorbe,
¿de qué tiempo sale este orbe
a la tierra de Castilla
Botarga, la de Alarilla,
de Valdenuño y Razbona,
y tanta mueca burlona,
por Retiendas o Mazuecos…
Alegres bichos, muñecos
con atuendo y faz bufona.
Etnológicos tesoros
que rompéis todos decoros,
y dais a Guadalajara
en siglos otra era y cara.
Juan Pablo Mañueco






