Con la traca final  y los fuegos artificiales, que empezarán a las 22,30 en Aguas Vivas, se despiden unas Ferias a las que acompañó el buen  tiempo, lo que facilitó que hubiera miles de personas festejando en las calles. Ayer, noche, Melendi, congregó a 10.000 personas en la Fuente de la Niña. A destacar también la ausencia de incidentes, a pesar de que el alcohol corrió por calles y parques  de Guadalajara en cantidades navegables.

 Melendi puso el broche de oro al ciclo de conciertos celebrado en la Fuente de la Niña. El asturiano llevó al doble  de personas que Supermartxe, un espectáculo de música disco en plan ibicenco, y los incombustibles Hombre G. Fueron unas 10.000 personas, por las limitaciones que se imponen para la conservacioón del campo de atletismo, pero podrían haber sido 5.000 más. Reventa de entradas en la puerta a un precio superior a los 30 euros (costaba 10 en anticipada).

Melendi expuso en Guadalajara su evolución como persona y como cantante. A algunos le gusta más aquel joven Melendi,  irreverente, como salido de una plantación de marihuana de la primera época, pero los años pasan y no lo hacen en balde. Las personas maduran, y cambian. Y los que se quedan anclados en los 20 años, aunque ya tienen 50, normalmente resultan patéticos. A Melendi no le va a pasar. Sin renunciar a su pasado, aquel que le ha permitido vender 1 millón de discos, está claro que el asturiano no se ha atrincherado detrás de su rumbita fresquita y juvenil, y que ha dado pasos en dirección a un pop más reposado y menos caradura. Este cambio ha cristalizado en su último disco: “Lágrimas desordenadas”, que desgranó a lo largo de un concierto que duró unas dos horas. Empezó tarde, a las 23,20, porque la gente no dejaba de entrar al campo a través de unos pasillos estrechos que son un calvario. Pero es lo que hay.

Melendi es una gran estrella de nuestra música, de los pocos que llenan en sus conciertos, y si encima las entradas están baratas, como en Guadalajara, pues mucho más. Y a tono con su condición de estrella está su producción, cara, con imagen y sonido por todos los lados. Muy buen sonido, por cierto. Y como Melendi es una estrella, pues hace lo que algunas estrellas, presenta sus canciones con abundancia de palabras y reflexiones sobre lo divino y humano. Y esto gusta, o no, pues depende. Esa evolución del cantante asturiano le lleva a prescindir de algunos emblemáticos discos de su repertorio- “Asturias” o “Vuelvo a traficar”- y poner el acento en lo últimon en el pop. 

En los bises, hizo alguna concesión a la nostalgia – “Un violinista en el tejado”, “Con una sonrisa” o “De repente desperté”—para acabar con “Billy el pistolero” antes de despedirse de Guadalajara hasta la próxima vez. Que sería la cuarta.     

Decenas de miles de personas en las calles

Guadalajara vivó a lo largo de todo este fin de semana unas noches de gran animación en calles, plazas, parque y praderas varias. Tanto las verbenas de Santo Domingo como la del Ferial estuvieron muy concurridas. Y una cosa ha quedado clara: cuando el tiempo acompaña y son decenas de miles las persdonas que salen a la calle a divertirse,  hay público suficiente para llenar las dos áreas de diversión que existen, ahora, en las Ferias de Guadalajara: el nuevo Ferial y el  Eje del Botellón, que va desde la Fuente de la Niña a La Concordia, pasando por San Roque. Impresionante la gente que había por allí saciando su sed y haciendon relaciones. La noche fue muy larga, y con las verbenas de las peñas y los toros de fuego, fueron miles de personas las que empalmaron hasta el encierro. Como hay gente pa tó, también se beneficiaron de la fiesta los bares y terrazas de la zona de La Concordia, que alargaron su horario de cierre.

También mucho público en el recinto Ferial, tanto  en los cachivaches como en los puestos de morcillas. Algún feriante se quejaba de que el gasto per cápita ha disminuido, pero es lo que tiene la crisis. Si antes se montaba el chaval en cuatro cacharros, pues ahora tiene que conformarse con dos. Como en todo.

Fin de fiesta y fuegos artificiales

Hoy se encontrarán por las calles de Guadalajara muchas estatuas humanas, y a partir de las 11,30 los gigantes y cabezudos, que nunca pasan de moda. La comparsa de Guadalajara es muy singular, porque en ella se representan personajes históricos relacionados con nuestra provincia –la princesa de Éboli o el marqués de Santillana entre otros- con cabezudos enraizados en el acervo popular de la ciudad: el Mangurrino, la Follolla, etc. Cientos de niños los siguen en su recorrido por las calles de la ciudad  y se lo pasan en grande.

El fin de fiesta comenzará en la plaza Mayor a las 21 horas y está encargado a la peña de la Amistad, que nos despedirán hasta el próximo año. Luego se “correrá” la traca que discurre entre la calle Mayor y  y acaba en la plaza. Habrá toros de fuego (sin correpiés) en Las Cruces y, como es tradicional, los fuegos artificiales pondrán el broche final, a las 22,30, desde Aguas Vivas. Y hasta el próximo año que esto es agotador.