Un recorte en el encierro de Brihuega de 2015./ Foto: GD.Hoy, martes, se celebra en Brihuega su popular encierro por el campo, el más multitudinario de los que tienen lugar en la provincia de Guadalajara, primero en muchos años en el que no se correrán astados de la ganadería Sopeña, cuyo anterior titular falleció el pasado 22 de julio.
Aunque desde el año pasado la ganadería de Sopeña ya anunció que dejaba los encierros de Brihuega, la providencia ha querido que apenas hace un mes de que los toros vuelvan a trotar por las calles y campos de Brihuega, Pedro Sopeña nos dejara para siempre. Va a ser por tanto un encierro un tanto especial.
Los primeros toros de Sopeña se empezaron a correr en Brihuega diez años antes de que se construyera el coso de La Muralla, y tras un paréntesis en donde se llevaron toros de Arauz de Robles, desde 1967, salvo en un año, siempre contrataron los toros de su ganadería. Don Pedro tenía fama de saber encerrar con los caballos los toros mejor que nadie tras haberlos corrido por el campo, algo fundamental en un encierro como el de Birhuega, porque sus toros luego son lidiados en la plaza. Así, recuerda orgullloso como algún año logró encerrar a los cuatro toros cuando ya era un logro meter a uno o dos. El que más guerra le dio, uno que después de entrar a la plaza saltó la barrera y consiguió escaparse al campo. Estuvo veinte días huído y le acabaron poniendo el mote de "El Lute". El de 2015 fue el último encierro de Brihuega que hicieron los Sopeña.
Uno de los toros del encierro/ Foto: ToroMundialLos astados de este año los trae la ganadería Campo Bravo Alcarreño, y por lo que muestran las fotografías su presencia es impecable. Luego ya veremos resultado que dan, que eso es imprevisible en un encierro como el de Brihuega, que en realidad es un desencierro. Los toros salen de la ciudad al campo, y el encierro de verdad es el que llevan a cabo los asistentes de la ganadería, montyados a caballo, tratando de encerrar el mayor número de astados posibles en los corrales de San Felipe, para ser lidiados al día siguiente en la plaza.
A priori, el encierro de este año va a tener menos presión de público que los de los años 2014 y 2015, en que coincidieron con el fin de semana, y reunió entre 20.000 y 25.000 personas. Pero tengan por seguro que serán miles los que se den cita en Brihuega este 16 de agosto, para seguir, como se pueda, el trote de los astados por los campos y montes de la Alcarria.
Hay que recordar que en Brihuega, porque el reglamento lo permite, los toros no están afeitados, y salen de toriles con las defensas íntegras.
Como siempre habrá un dispositivo de la Guardia Civil, que cerrará desde dos horas antes la entrada al casco, por lo que los asistentes tendrán que dejar el coche en los lugares habilitados en el campo.
