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Hasta febrero de 2013 no se detectó el primero de los 7 casos de silicosis confirmados

caobarDel color blanco del caolín, vista panorámica de la planta de Caobar en Taracena/Google Si bien las protestas por la calidad del aire en Taracena (Guadalajara) son antiguas, y ya en 2008 un informe medioambiental encargado por una constructora había detectado que el aire en el pueblo tenía niveles muy por encima de los tolerados, no fue hasta el 25 de febrero de 2013 cuando se dejó constancia del primer caso de silicosis en el expediente de un trabajador de Caobar, según se recoge en el Acta de la  Inspección de Trabajo que concluyó con una propuesta de sanción por cuatro infracciones graves de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales a la Junta de Comunidades, que no tenemos constancia si ya se ha resuelto, aunque lo preguntamos  hace una semana.  Ese mismo año se reconocieron cinco casos más de esta enfermedad profesional de la minería entre trabajadores de Caobar. Al día de hoy,  hay 7 enfermedades diagnosticadas  aunque podrían incrementarse a ocho. 

La Asociación de Afectados por el Caolín  reclama medidas a las administraciones implicadas (local y autonómica)  y que de una vez por todas se exija  el almacenamiento del caolín en naves cerradas para que no se contamine el aire de Taracena.

La empresa Caobar S.A. tiene dos centros de trabajo en Guadalajara: uno en Poveda de la Sierra (planta de extracción de caolín y arena) y otro en Taracena. La licencia de este último data de 1964 cuando se solicitó como lavadero de mineral, aunque hoy es una explotación minera en toda regla, cuya licencia de actividad no se ha acomodado a los cambios producidos, según hacen hincapié desde la Asociación de Afectados por Caobar. Efectivamente, en Taracena se producen hoy tres tipos de caolín, mediante el tratamiento con un sistema de hidrociclones y tamizado. Por un lado, se obtienen tortas de un caolín en polvo o bien granulado y también se trata la sílice que ha sido separada del caolín. Además se producen ensayos y el control de calidad del producto.

  • Casi 1.400 toneladas diarias 

La actividad de la fábrica ha ido en aumento desde entonces y según relataba el 22 de marzo de 2013 (cuando solo se había detectado un caso de silicosis, aunque no se había reconocido) el portavoz municipal de Izquierda Unida, José Luis Maximiliano,   la empresa en cuestión mueve anualmente 500.000 toneladas de material, casi 1.400 diarias, lo que la sitúa, según la Ley 37/2007 de Calidad del Aire y de Protección de la Atmósfera y el Real Decreto 100/2011 que la desarrolla, entre las más contaminantes de la atmósfera, hecho que se agrava, según esta misma legislación, por su situación a menos de 500 metros de un núcleo de población.   

Pues bien, a pesar de este aumento de actividad, según publicamos ayer Caobar nunca midió la exposición de sus trabajadores al sílice por un servicio ajeno de prevención, como establece la Ley,  y al carecer de esa medición sobre la exposiciòn de los obreros al polvo de sílice, difícilmente se podía contar con una evaluación de riesgos para proceder a eliminar, minimizar o controlar los citados riesgos para la salud de los trabajadores derivados de la exposición al sílice (variedad cuarzo) y el caolín, razona la Inspección de Trabajo en la citada acta de infracción. De esta manera, tampoco puede entonces extrañar que tuvieran que pasar casi 50 años,  hasta el 25 de febrero de 2013,  para que se reconociera la existencia de esta enfermedad profesional en un trabajador de Caobar, aunque luego llegaron más diasgnósticos positivos, el 27 de marzo, 21 de mayo, 13 de agosto, 6 de septiembre y 11 de septiembre, según los datos del CEPPROSS.

¿Qué pasó entre medias? Sucedió que el caso Caobar empezaba a estar en la opinión pública, primero por iniciativa del Grupo Municipal de Izquierda Unida, que pidió en ese mes de marzo se tomaran medidas correctoras para evitar la propagación del caolín.  Y sobre todo la tenacidad de la Asociación de Afectados por el  Caolín de Taracena, que el 23 de septiembre de 2013 reclamaban una investigación oficial en GuadalajaraDiario porque habían tenido noticias de un caso confirmado de caolín y “tres posibles”. Pues bien, según hemos sabido ahora, el 23 de septiembre, no solo había tres posibles casos, ya había seis.  

A raiz de estas informaciones, el alcalde Antonio Román manifestó que "si se comprueba lo que se está denunciando y hubiera que corregir algún aspecto, que se corrija".Pero destacando también que allí trabajan entre 50 y 60 trabajadores, por lo que "habrá que adoptar las medidas correctoras que garanticen la salud de los trabajadores y de la población, así como el cumplimiento de las ordenanzas en cada ámbito”.

El reconocimiento oficial 

Y así llegamos hasta hasta  el 26 de septiembre de ese 2013, cuando la Junta de Comunidades reconoció, también a preguntas de GuadalajaraDiario,  la existencia de "enfermedades profesionales" en la empresa de Caolín y Sílices Caobar, pero sin precisar el número de casos, que entonces ya eran seis. Pero hemos tenido que esperar un año más, después de terminarse el acta de infracción de la Inspección de Trabajo, para conocer el número exacto de los afectados, un total de siete, de los cuales seis tienen un proceso neucomoconioso confirmado y otro un caso de neumoconiosis no especificada.

Foto12TLos afectados

Hoy, este diario puede ofrecer más detalles sobre los afectados  Dos de ellos son mujeres, que trabajan en el laboratorio, y el resto hombres que han pasado por distintos puestos de trabajo en la planta. Cuando se cerró el acta de infracción,a finales de junio, dos de ellos estaban de alta en casa esperando a que les reubiquen en otros puestos de trabajo. Otro estaba de baja y la Mutua le ha propuesto  para  una incapacidad temporal. Y otro más de baja temporal . Hay también un afectado que sigue en su puesto de producción, que presenta muy baja exposición al sílice. Y otro más que ahora ha vuelto a trabajar en la empresa, pero como conductor.  Por último, el séptimo afectado, después de pasar  por numerosos puestos, ahora trabaja de palista. 

Es importante saber que el protocolo de vigilencia de la salud del Ministerio de Sanidad, Servicios Social e Igualdad en el caso de la silicosis crónica indica que esta enfermedad puede contraerse después de una exposición de varios años (con frecuencia más de 20 años de exposición) y a veces cesada la exposición. En el caso de los contagiados en Taracena la antiguedad de estos trabajadores en la empresa es la siguiente: 25 años, 15 años y 7 meses, 13 años, 15 años, 12 años, 24 años y 10 años.

El testimonio de los afectados

En los testimonios recogidos de los afectados durante el expediente que abrió la inspección se ha puesto en evidencia que los puestos de más exposición eran los molinos y secaderos de arenas.  Uno de los afectados declara que las medidas que tienen ahora--riegos o aspiraciones—se han instalado en los últimos años. Se ha manifestado que en el laboratorio se trabaja fuera de las cabinas y que hasta los dos últimos años “no empezaron a usar de forma asidua las mascarillas”, ya que no eran obligarorias en el laboratorio. Otros dos contagiados, si bien utilizaron siempre en molinos y en la barredora las mascarillas,  declaran que hasta marzo de 2013 (cuando se detectaron los primeros casos de silicosis) no había recibido formación sobre la sílice y el uso de mascarillas. Una ayudante de laboratorio confirma que allí no era obligatorio usar la mascarilla y que empezaron a utilizarlas hace unos meses.

foto4Afectados: “Siguen sin cumplir la normativa y no puede haber licencia alguna”

A la luz de todo ello, los  portavoces de la Asociación de Afectados por el Caolín insisten en la gravedad de los hechos puestos en evidencia por la Inspección de Trabajo y reclaman que las autoridades autonómicas y municipales adopten de una vez por todas  las medidas correctoras que han sido requeridas. “Siete trabajadores de una plantilla que está en torno al medio centenar supone casi el 20 por ciento de trabajadores afectados por silicosis, que es una barbaridad”, añaden, e insisten en que Caobar “sigue sin cumplir la normativa” y por consiguiente no  se le puede dar licencia nueva alguna mientras no se haga un riguroso estudio ambiental tanto en la fábrica como  en el pueblo.”No comprendemos que a otras empresas se le exija y a esta, no”, se quejan.

 Hay que recordar que el departamento de Medio Ambiente de la Junta de Comunidades instaló a principios de septiembre en Taracena una estación móvil de medición de partículas en suspensión a unos 150 metros de la parcela de Caobar. Sería el primer estudio oficial que se hace, aunque en 2008 un estudio privado ya detectó en al aire de Taracena más partículas en suspensión de lo legalmente autorizado.  La máquina todavía no ha sido retirada para su evaluación de resultados.

Por otro lado,  según manifiestan a GD desde la citada asociación, los siete trabajadores afectados reconocidos pronto podrían ser ocho, pues hay uno más que así se lo han diagnosticado no en la Mutua sino en la Seguridad Social.    

Por último, la Asociación de Afectados  reitera que su intención no es cerrar Caobar, porque no quieren perjudicar a nadie, pero de seguir en Taracena deben hacerlo "solo desde el estricto cumplimiento de la legalidad". Y en ese sentido les parece fundamental que se recoja el caolín en almacenes, como se ha hecho en Teruel,  y no siga en montañas a cielo abierto expuesto a que se lo lleve el viento, “cosa que ocurre con frecuencia”.     

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