El deporte, un comodín de distracción social: los Juegos Olímpicos de 2021 y 2024 en el paradigma de la evolución, la improvisación y el underground.
Después del resurgimiento de la idea olímpica y la organización de los Juegos Olímpicos (JJOO) a partir de 1896, el concepto y la praxis del deporte se internacionalizaron definitivamente. Con la aparición de los clubes a nivel local y regional, se atomiza la práctica y se crean microcosmos, sociedades en miniatura; una jerarquización controlada por las mismas élites sociales que institucionalizaron los pasatiempos y los juegos deportivos y empezaron a moldear el deporte espectáculo.
Para ambientar este periodo de pandemia, debemos recordar que, la primacía del uso de la actividad física como agente saludable y formador del estado físico y mental, dejó paso, en el periodo de entreguerras mundial y su resaca, a un discurso repleto de cohesión y manifestaciones deportivas de masas. Con una orientación instrumental y un procedimiento de activación de sentimientos larvados comunitarios, se realzó la atención nacional e internacional, con el propósito de distraer a la opinión pública de los problemas reales.
¿Quién se acuerda del criquet, lacrosse o el juego de la soga (en la fotografía) como deportes incluidos en los JJOO? Entremos en materia: ¿Quién se acuerda del criquet, lacrosse o el juego de la soga como deportes incluidos en los JJOO? ¿Qué me dicen de la inclusión del golf o el rugby-7 en Río 2016? ¿Qué ha sucedido con los nuevos pretendientes: beisbol, bolos, karate, patinaje, escalada, surf,…? ¿Qué es lo siguiente: billar, animación, ajedrez, ultimate frisbee, artes marciales mixtas?
Se presenta un panorama novedoso en 2021 en Tokio, con la incorporación del skate, la escalada deportiva, el surf, el 3x3 en baloncesto o el bmx en ciclismo; y revolucionario en Paris 2024, sin fútbol sala, balonmano playa, ni karate como grandes bajas, y el recambio novedoso del Breakdance <de élite>, como primer evento de DanceSport. Pongamos la lupa en este último:
¿El Breakdance o breaking es un deporte? Sí, considerado por el Comité Olímpico Internacional (COI).
¿Qué es el deporte? - Los deportes son un conjunto de actividades físicas sujetas a normas bajo la forma de competición sistemática y jerarquizada, regidas por un espíritu deportivo que está institucionalizado y donde se potencia la especialización y el rendimiento del deportista. El deporte es educación, salud pública, entretenimiento y espejo cultural.
Se añade, en palabras de uno de los padres del olimpismo moderno: “el deporte es culto habitual y voluntario del ejercicio muscular intensivo, apoyado en el deseo de progreso” (Coubertin, 1918). La danza o baile, te ayuda a moverte, es ejercicio físico, pero, ¿es deporte?, ¿cuándo se accede al terreno deportivo?... Exacto, cuando entran en escena federaciones nacionales e internacionales, se crean consejos mundiales y se acuñan términos como baile deportivo, baile de salón de competición, o dancesport.
Necesariamente, La cultura del Hip-Hop vuelve a sonar con fuerza, ya no se esconde por las esquinas del Bronx, el estilo abarca movimientos grandilocuentes y acrobacias casi inalcanzables, ¡Veremos como afecta a la vieja Escuela su comercialización! ¡Arte y espectáculo, improvisación en estado puro que se aclimata a la perfección en tiempos de gestión pandémica!
Breaking o b-boying, se expande con la luz de la juventud con combinaciones auténticas de movimientos en posición erguida (toprock), juegos de pies realizados en el suelo (downrock), posturas congeladas (freeze) y elementos acrobáticos de giros y saltos (power moves). Las batallas callejeras saltan al gran escenario, la demostración del mejor estilo y las combinaciones más complejas, en memoria de las luchas por la superioridad de la Antigua Grecia (agónes).
En 2024, 16 b-boys y 16 b-girls competirán en “batallas motrices” de uno contra uno.Es el breakdance
¿Puede ser olímpico el breaking? Sí, los requisitos son reconocidos en la Carta Olímpica, código que rige la acción del movimiento Olímpico. De forma resumida: debe ser practicado ampliamente mínimo en 75 países y cuatro continentes por hombres y en un mínimo de 40 países y tres continentes por mujeres; sin trabas por la lista mundial antidopaje; y debe ser aceptado siete años antes de la cita olímpica. Toda esta normativa es validada por las federaciones nacionales y en último término por las internacionales y el propio COI. Así pues, en 2024, 16 b-boys y 16 b-girls competirán en “batallas motrices” de uno contra uno.
Desde luego, el breakdance (término acuñado por los medios) como disciplina olímpica es una auténtica sorpresa, y a su vez, una buena noticia puesto que proporciona un aroma de flow, habilidad, y condición física. in embargo, tenemos que lamentar la desconsideración de deportes como el boxeo, y el levantamiento de pesas, que pierden representación. ¿Paradigma de evolución o improvisación? ¿La cultura guerrera y competitiva por un enfoque más recreativo y saludable?
Con un espíritu aventurero y abierto como el que persiguió el joven Pierre de Coubertin al viajar a Inglaterra para estudiar la educación física inglesa y así reforzar la cultura física en Francia, el Olimpismo contemporáneo, debe gestar una filosofía atractiva, tecnológica, de alegría por el esfuerzo y de utilización del deporte como recurso educativo, del buen ejemplo y el respeto. Este carácter lúdico y formador del olimpismo, debe funcionar transversalmente con el factor competitivo, de exigencia y éxito, tan necesario en el alto rendimiento.
Efectivamente, la nueva era del deporte ya está entre nosotros. Siguiendo las demandas sociales y las manifestaciones culturales, el deporte cabalga dependiente y a veces manipulado por un mercantilismo competitivo repleto de dopaje, lleno de intereses económicos y patrocinadores, y encima, dentro de un nuevo formato, "LOS JJOO POSTCOVID": la renovación, el evento urbano, el multilateralismo,… la inclusión de los más jóvenes, el contentar a una sociedad funámbula y sonámbula, por las ensoñaciones en la cuerda floja y el equilibrio psicológico ante un presente herido y un futuro incierto.
Con total seguridad, la actividad física y en especial el deporte pueden ser un medio poderoso para construir relaciones y superar las divisiones culturales y étnicas, transmitiendo un mensaje positivo de valores compartidos: respeto mutuo, tolerancia, compasión, disciplina e igualdad de oportunidades. En la era de la globalización y de lucha contra pandemias, la cooperación estrecha entre países es más urgente que nunca, y el deporte es la principal herramienta, siempre que sea utilizada con lealtad. Es momento de activar disciplinas deportivas individuales y de equipo y luchar contra la exclusión y el sedentarismo.
Rodrigo Rey Viejo






