Las imágenes del Cristo y de La Piedad llevaban tres años sin salir. Videos y fotos en el interior.
Imagen del Cristo de la Pasión a su paso por Santo Domingo./GUDiario.
Había ganas entre los hermanos de la Cofradía de la Pasión del Señor por volver a procesionar. En 2019 no lo hicieron por la lluvia que cayó sin piedad sobre Guadalajara en la tarde-noche de jueves santo, y en 2020 y 2021 no hubo procesiones por la pandemia del coronavirus. Así que este año de 2022 estaba marcado en rojo en los cofrades de esta hermandad de Guadalajara, que data de los primeros años posteriores a la guerra civil, en noviembre de 1945, cuando se puede hablar del regreso de la Semana Santa a la ciudad, después de que la mayoría de las tallas procesionales fueran quemadas en la guerra civil. En el caso de Jesús de la Pasión, la nueva talla es del maestro Higueras.
Siguiendo el relato de nuestro bloguero Jesús Orea, autor del libro Tiempo de Pasión, con la historia de esta cofradía radicada en una de las parroquias emblemáticas de la ciudad, la de Santiago, la hermandad no fue ajena a la crisis de los años 60-80, que mermó la participación en las procesiones, aunque todo cambió en los años 90, cuando la Cofradía de la Pasión del Señor tiene un papel muy importante en la renovación y rejuvenecimiento de la semana santa de Guadalajara.
En esos años, el número de los hermanos crece exponencialmente y este fue el momento cuando se tomó la decisión de procesionar el paso a hombros, inédito en la Semana Santa de Guadalajara y cuyo ejemplo siguieron otras hermandades de la ciudad, ganando en belleza con la carga del Cristo, primero, y de la talla de Nuestra Señora de la Soledad, después, que portan las mujeres de la cofradía, que no quisieron quedarse atrás. En total son un centenar de cargadores y cargadoras, y muchos de ellos hacen el sacrificio de salir también en la procesión del Silencio, en Viernes Santo.
Abanderado del Cristo de la Pasión durante la procesión./GUDiario.
En la procesión de Jueves Santo, la más numerosa, los cofrades llevan una sencilla túnica morada, con cíngulo amarillo, y capirote blanco, que es sustituido por uno negro para la procesión del Silencio y Santo Entierro.
Centenares de personas se dieron cita a la salida del Cristo de la iglesia de Santiago, una operación dificultosa porque debe hacerse de rodillas, poco a poco, para que la cruz no pegue en el dintel de la puerta.
Tanto el trono del Cristo como el de la Virgen se carga con varas al estilo castellano más tradicional.Esta austeridad castellana se expresa también en la música a cargo del grupo de tambores de la Cofradía y del grupo de dulzaineros Mahurotos de Guadalajara, que interpretan piezas de dulzaina escritas para semana santa.Cargadoras de la imagen de la Piedad./GUDiario.
La procesión del Jueves Santo sale a las 11 de la noche y sube por Miguel Fluiters, plaza Mayor y Jardinillo, por lo que deben de esperar a que termine de procesionar el paso del Nazareno, que se recoge sobre las doce de la noche en San Nicolás. Desde Santo Domingo baja por la Carrera de San Francisco y luego por la antigua carretera de Zaragoza se sigue hasta Francisco Cuesta, donde los cargadores afrontan el último reto al tener que subir la cuesta de un tirón, sin poderse parar. Casi cinco horas después, con el mismo complejo procedimiento de la salida, el cristo de la Pasión vuelve a entrar en la iglesia de Santiago, en donde la imagen permanecerá expuesta hasta el año siguiente.
Penitentes en la procesión de la Pasión./GUDiario.
Una fila de cargadoras en la procesión del Cristo de la Pasión./GUDiario.







