Una imagen del acto oficial, ayer./ GD. La Plaza de Guadalajara rinde un homenaje permanente al torero de la tierra.
Vasco, nacido en Orduña, Iván Fandiño era en Guadalajara un torero de la tierra, porque fue aquí done se hizo torero y donde tenía fijada su residencia cuando no estaba toreando. Desde ayer, además, la puerta grande de Guadalajara, ésa por la que tantas veces salió, lleva su nombre. Y una placa con una frase suya: "No quiero irme nunca. Me quedaré en el recuerdo, en la mente, en el alma donde nunca muerto".
El acto fue presidido por el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, y a él asistió parte de la familia del maestro. También el presidente de la Diputación, varios ediles del Ayuntamiento y el subdelegado del gobierno, entre otros.







