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Así convirtieron Kuk y Layna, el vertedero de Chiloeches en un “polvorín”

La sentencia de la Audiencia Provincial relata el “modus operandi” de las empresas hasta que se declaró el incendio en agosto de 2016

chiloeches-ceis-final-incendioAsí quedó la planta una vez sofocado el incendio/ CEIS

Guadalajara Diario ha analizado la sentencia de la Audiencia Provincial que juzga el incendio de Chiloeches, sentencia que desgrana qué paso para convertir el vertedero de Chiloeches en una planta de residuos totalmente desorganizada y descontrolada, un proceso que tuvo dos actores principales: las empresas KUK y Layna cuyos responsables han sido condenados a cárcel. 

La historia comienza en 2012. La empresa KUK se encargaba de gestionar el vertedero de Chiloeches. Para hacer su actividad tenía una licencia especial del gobierno regional denominada Autorización Ambiental Integrada (AAI), sin embargo, debido a diversas irregularidades, le suspenden la licencia en 2013 (algo que ratifican los juzgados en 2015).

La retirada de la licencia no fue un problema para Kuk que siguió funcionando como si nada pasara. Tampoco subsanó ninguna de las deficiencias que se habían detectado. En 2015 la cosa se complica un poco más y Kuk alquila a la empresa Layna el 90% de la planta de Chiloeches. Layna tenía su propia AAI para trabajar en sus centros de Horche y Alcalá, pero no para la planta de Chiloeches donde no había ninguna autorización en vigor. El contrato de alquiler estaba establecido para tres años pero sólo duró uno. De marzo de 2015 a marzo de 2016. Layna pagaba 10.000 euros al mes por usar esas instalaciones. Según los hechos probados ni Layna supo nunca que la planta de Chiloeches no tenía AAI; ni la Junta, organismo que controlaba el buen uso de la instalación, supo nunca que había sido alquilada.chiloeches-planta-incendiada

Layna agravó el problema

Cuando Layna llegó a las instalaciones de Chiloeches en marzo de 2015, éstas ya estaban en mal estado: con derrames de residuos peligrosos a grandes profundidades en el suelo, numerosos desperfectos y gran cantidad de residuos peligrosos almacenados. La aparición de Layna no hizo más que empeorar la situación.

¿Cómo funcionaba la trama?

Layna empezó su actividad y lo que hacía era usar la autorización de Kuk (que no existía porque estaba suspendida). Por eso todo lo que metía y sacaba Layna de la planta era recepcionado por Kuk, empresa que, además, insertaba todos esos datos en la plataforma digital del gobierno regional. Además, en ese tiempo Kuk no se preocupó de vigilar lo que hacía Layna, a pesar de que entraban más residuos de los que permitía la ley y apenas salían.

Grandes máquinas construyeron una balsa para evitar que el agua contaminada que despedía la instalación incendiada llegara al río Henares/ Archivo

Los hechos probados de la sentencia de la Audiencia Provincial aseguran que durante ese año los hermanos Layna, aun conociendo las deficiencias de las instalaciones, siguieron llevando residuos peligrosos y no peligrosos y no tomaron ninguna medida para mejorar la situación del complejo. En concreto, introdujeron y almacenaron en las instalaciones 27.722.818 kilos de residuos peligrosos (RP’s), cobrando por ello, sin que conste- indican los hechos probados- que sacara ninguno. No se ha podido cuantificar la cantidad de residuos no peligrosos que almacenaron. También llevaron unas 20.000 toneladas de lodos de destintado procedentes del reciclado de papel. Aunque en la documentación decía que el destino final era una empresa de Alcalá de Henares, en realidad se depositaron en Chiloeches.Los bomberos tardaron cuatro días en poder entrar en el interior de la planta/ Archivo

Según la sentencia Layna sí sacó de Chiloeches residuos no peligrosos pero en la documentación que presentaban decía que procedían de sus instalaciones  en Alcalá y en Horche. Cuando acabó el contrato, en marzo de 2016, había en Chiloeches 15.000 toneladas de residuos depositados “de forma masiva”, dice la sentencia.

La sentencia considera probado que desde diciembre de 2015, y para deshacerse de los residuos, los cinco condenados se pusieron de acuerdo para mezclar en las balsas residuos, trapos, lodos de celulosa y líquidos. Después cargaban la mezcla en camiones del grupo Layna poniendo en la base cenizas, papel o escombro para evitar que chorrease. Las cargas se llevaban a Salmedina donde entregaban la documentación diciendo que los residuos procedían de Alcalá de Henares y no de Chiloeches. Como Layna era cliente habitual no sospecharon, pero cometieron una irregularidad porque no se comprobaba si la carga que llegaba era lo que ponía realmente en la documentación.

Empiezan las sospechas del Ayuntamiento de Chiloeches

Durante el año que Layna realizó su actividad hubo varias inspecciones pero solo una, la realizada por el ingeniero del ayuntamiento de Chiloeches en julio de 2015; detectó irregularidades observando que había un gran deterioro de las instalaciones y una gran cantidad de líquidos inflamables. Volvió a realizar una nueva inspección el día el 15 de febrero de 2016 comprobando que la situación había empeorado en relación con la visita del 2015, el técnico dejó claro que no había espacio entre los residuos almacenados, con una desprotección total, y con olores, apreciando que había grave riesgo para el medio ambiente y las personas y trabajadores.boe-chiloechesEl ayuntamiento de Chiloeches tuvo que publicar en el BOE la clausura de la planta

Según relata la sentencia de la Audiencia Provincial cuando se marchó Layna dejó allí 15.000 toneladas de residuos, tanto peligrosos como no peligrosos y KUK se comprometió a gestionarlos en el plazo de cinco meses. Para ello cobró 300.000 euros, a pesar- dice la sentencia-“de que no podía darles salida y que no tenía medios para tratarlos, más cuando tenía suspendida la autorización y no había realizado las obras de acondicionamiento” para mejorar la instalación.

Kuk continuó con la actividad como si nada: sin autorización y sin cumplir las cantidades y condiciones que ésta imponía. En concreto, dice la sentencia- incrementaron el almacenamiento de residuos peligrosos en un total de 7.081 tm y sacaron únicamente un total de 49.620 kilogramos. Todo eso agravó aún más la situación hasta que el ayuntamiento de Chiloeches clausuró la planta el 21 de junio de 2016, algo que tampoco importó: incluso con la planta cerrada el 11 de julio de 2016 Kuk llevó allí 20 bidones de residuos de 1000 litros.ume-chiloechesLa UME, Unidad Militar de Emergencias, tuvo que ayudar para sofocar el incendio/ Archivo

Consecuencias

Finalmente el 26 de agosto se inició el incendio que fue sofocado el 4 de septiembre. La sentencia reconoce que fue provocado pero no se sabe quién lo causó. También recoge el enorme vertido de productos tóxicos que se produjo al barranco de Los Chorrillos que llegaron a una distancia de 2,5 km y, una pequeña parte, al río Henares. El suelo de la zona quedó muy afectado- recoge el texto- y con riesgo de causar cáncer para las personas por las pruebas realizadas en el suelo. A pesar de la voracidad del incendio una vez extinguido fue necesario retirar 41.000 toneladas de residuos que no se habían quemado.

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