Elefantes en un parque nacional de Etiopía/ Ethiopia Tropical ToursTras tres horas a pie por la selva, protegidos por guías jóvenes con "rifles que no mataban ni perdices", el grupo de turistas españoles fue atacado por un gran elefante, relata hoy El Mundo en un reportaje.
Se llamaba Roberto Blas, tenía 57 años, casado y con dos hijas universitarias. Nacido en Fuentelahiguera de Albatages, se casó con Paqui, vecina del cercano Valdenuño Fernández. Vivían desde hace tiempo en Madrid, donde él era técnico de ascensores, y eran aficionados a viajar. Cada año a un destino diferente. Este año se había embarcado junto a su esposa a un destino exótico. Se apuntaron por 2.050 euros más tasas a un viaje de dos semanas por Etiopía, que organizó la agencia catalana Terres Llunyanes (Tierras lejanas). Un viaje por lo inexplorado. Así lo anunciaban, lo anuncian. "¡Para esta temporada 2017 hemos descubierto un lugar de extrema belleza con elefantes viviendo en absoluta libertad!". Allí Blas perdió la vida embestido por un elefante.
Blas y Paqui formaban parte de un grupo de 12 personas, según se relata en el reportaje firmado por Martín Mucha que se publica hoy en el diario madrileño. El día de la tragedia, Paqui se había quedado en el hotel.Los que decidieron ir llevaban tres horas de caminata cuando todo sucedió. Fue intempestivo. Tenían a los elefantes encima de repente. "Y los guías comenzaron a disparar. Eran muy jóvenes e iban con fusiles que no mataban ni perdices", comentan desde Etiopía. Todos comenzaron a correr, incluido Roberto. "Pudieron morir todos". Cuando por fin se pudieron reagrupar se dieron cuenta de que Roberto no estaba. Había sido aplastado y mutilado.
Aunque se han dado versiones de fuentes imprecisas de que todo se debió a una imprudencia, la familia de Roberto niega cualquier irresponsabilidad por su parte. Ellos y los vecinos lo califican como un hombre respetuoso con las normas.
Dos elefantes recién nacidos
Esto sí coincide plenamente en los relatos... "Los otros turistas huyeron y los exploradores volvieron al campamento para ver cómo estaba todo el mundo. Después de un tiempo, cuatro de ellos regresaron al lugar del accidente para recoger el cadáver del muerto". Según Daniel Dierart, quien vive desde hace muchos años en el país y organiza tours también, "sólo al volver se dieron cuenta de que había dos elefantes recién nacidos a pocos metros del lugar donde ocurrió el accidente. ¡El líder de los elefantes sólo se había encargado de defender a los bebés! ¡Esto fue realmente mala suerte!".Esta es la versión que se propaga ahora por Etiopía, un país que busca aumentar sus ingresos por turismo.
Francisca no comprendería que el viaje no se cancelara a pesar del fallecimiento de su Roberto. Ni siquiera después de que la embajada de España en Etiopía tomase cartas en el asunto. La sede diplomática acaba de modificar sus recomendaciones de seguridad acerca del país y ya no aconseja visitar el parque natural donde murió Roberto: "Se ha registrado, recientemente, en el parque de Chebera-Churchura (Región de las Nacionalidades del Sur) ataques de elefantes con trágicos desenlaces. Se recomienda no visitar dicho parque por su inaccesibilidad y la inexistencia de infraestructuras sanitarias o de seguridad".
Aun así, la agencia organizadora mantiene programados y a la venta sus viajes con escala en Chebera-Churchura para agosto, septiembre, octubre y noviembre.
