El peruano Andrés Roca Rey salió por la puerta grande en su primera comparecencia en Brihuega. Fotos: Sergio Toquero. Tarde de poco contenido en La Muralla por el mal juego de los toros. Sólo salvó la tarde la lección de torería de Enrique Ponce que se entregó desplegando todo su repertorio en el codicioso cuarto y un valiente Roca Rey que volvió a reivindicarse con tres orejas. Cayetano solo demostró ganas. Poco más de media plaza. La corrida de la primavera, cerca del verano, tiene sus desventajas.
El "famoseo" no acudió a Brihuega en una tarde de mucho calor
Ficha: Cinco toros de Juan Pedro Domecq y sexto de Parladé (encaste Domecq): Sospechosos de pitones. Anovillados, muy flojos y nobles. Con más codicia el cuarto. Quinto parado.
Enrique Ponce: Media y dos descabellos (silencio); dos pinchazo en lo alto y estocada caída (oreja). Cayetano Rivera Ordóñez: estocada (oreja con escasa petición que no pasea); media tendida y descabello (silencio). Andrés Roca Rey:esocada (dos orejas); estocada caída (oreja).
Roca Rey, lucido en el primer tercio. / Foto: S. Toquero.Tradicional Corrida de Primavera de Brihuega. Se presentaba en La Muralla Andrés Roca Rey. Algo más de media plaza. Tarde soleada y calurosa. Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Ignacio Echeverría, víctima del último atentado en Londres. Salió por la puerta grande Andrés Roca Rey.
Dicen que Jose Tomás este año no va hacer campaña por dos cosas, la primera que no le interesa y la segunda porque lo lógico es acartelarle con Roca Rey. El peruano está en un momento extraordinario y suele abusar de sus condiciones. Este año ya lleva tres percances y no pierde comba, porque su interés es estar en lo más alto del escalafón. No es un torero de tirón en taquilla, pero su lucha día a día va haciéndole un hueco en el escalafón y poniéndole boca de todo el mundo. Aunque se vende sólo, moverle más mediáticamente no estaría mal, como en su día se hizo con José Tomás, porque tiene condiciones para mandar.
Ponce perdió la puerta grande en Brihuega por la espada./ Foto: S. Toquero.Impresionaba ayer ver al segundo toro de la tarde andar para atrás a medida que Roca Rey le acercaba el muslo al hocico, como si le diera miedo. Verle como le había ganado la pelea al toro, que solo se movía cuando veía un capote pero que a la muleta embestía encogido y sin casi mirar al torero. No era un toro encastado, ni mucho menos pero impresionó ver al toro a la merced del torero.
No fue una faena encimista, sino de técnica y saber ponerse cerca. Un terreno donde es muy difícil estar y Roca Rey lo hace repleto de confianza.Comenzó la faena a su primero de rodillas con larga cambiada, y luego verónicas: Le hizo dos quites manchándose el vestido y con la muleta no paró de abusar del toro rozándole el traje por todos lados. Fue una faena muy en Paco Camino y Jose Tomás, poniéndose encima del toro nada más empezar. Dos orejas de justicia porque la emoción del toreo de este peruano es incomparable.
Cayetano se perfila para entrar a matar./ Foto: S. Toquero.El que cerraba plaza no tuvo tanto recorrido pero él realizó otra lidia completa. Se esperaba más del único toro con el hierro de Parladé, el que se supone que es la nueva estrella. Pero nada. Un toro muy mermado por sus dos topetazos con el caballo y la voltereta que sufrió. Lo mejor la tanda a una mano que instrumentó con el capote y media docena de chicuelinas. En la muleta tandas en las cercanías pero sin llegar a coger vuelos por las escasas condiciones del toro.
Cayetano no tuvo un lote acorde con las ganas que traía. Poco reseñable excepto una larga cambiada de rodillas, de salida, y sus ganas de agradar metiéndose incluso entre los pitones. Lo intentó de todas las formas, pero poco de su labor llegó al tendido por el inválido primero que le tocó y el parado el segundo. A Cayetano Rivera Ordóñez se le protege mucho cuando él necesita más toro para expresarse.
En el aspecto ganadero un fiasco del que sólo se salva de la quema un toro y más por mérito del torero. Hay que cuidar esos detalles que al final echan por tierra una tarde.
Un caso aparte
Ponce en el primer tercio./ S. Toquero.Lo de ayer de Enrique Ponce, se merece una crónica aparte, porque está en otra dimensión.Si el presidente fuera buen aficionado, ayer, a Enrique Ponce, según hubiera caído el cuarto toro, después de dos pinchazos y estocada, le saca las dos orejas sin mirar la petición. Sí, dos orejas, y eso que nosotros no somos de regalar orejas. Si fuera aficionado saca la del público, que la pidió, y la suya al estilo del presidente de Santander.
Enrique Ponce, ayer, en La Muralla fue un caso aparte. Todo un despliegue de facultades, conocimiento y arrojo. Sólo tuvo medio toro y se inventó una faena en la que no faltó de nada. Un torero que viene de triunfar en Madrid y que puede torear los festejos que le apetezcan lió ayer un alboroto.
Eran dignas de ver las caras de admiración de los profesionales del callejón, que ayer estaban en segunda línea, en su sitio. Iván García, ahora metido a banderillero, se le iban los ojos, Cayetano acompañaba cada muletazo, su banderillero de confianza, De La Viña, sonreía sin fin. Una locura de faena.
Roca Rey, una puerta grande merecida./ Foto: S. Toquero.Nadie veía a ese toro, que arroyaba y apretaba, excepto Ponce. Primero se presentó a él, enseñándolo y quitándole brusquedad. Luego lo empezó a pasar por tandas por la derecha, con muletazos interminables y finalmente se puso a jugar entre los pitones, dándole primero espacio y luego quitándoselo. Quiso hacer bien todo hasta matar en todo lo alto, lo malo es que pinchó dos veces, si no hay que regalarle la plaza de toros.
Con su primero, no llegó a los tendidos por las pocas condiciones del toro. Un desecho flojo e impresentable para la lidia.
