
Tarde triunfalista en Trillo. El novillero alcarreño cortó el domingo los ocho apéndices de sus enemigos, amén de un rabo a tres reses de la ganadería Miranda Moreno y al sobrero, de Torrehandilla, al ser devuelto el primero por lesionarse en un lance contra las tablas. Curro fue cogido tres veces.
El novillero Curro de la Casa lo dio todo ayer en Trillo. El de Alaminos y Valdesaz no ha defraudó a nadie ayer en La Isla de Trillo, y mucho menos a sus paisanos que acudían a la plaza para jalear su actuación. No empezó bien la tarde. El primero de los novillos de Miranda Moreno se lastimó una de sus defensas en un derrote contra las tablas y hubo de ser devuelto a los corrales. Corrió la vez y salió el que era segundo. En el mismo saludo de capote, con un Curro confiado y muy asentado en el suelo, su enemigo embistió al novillero levantándolo del suelo y propinándole un varetazo con voltereta, tras la que sobrevino una caída muy fea.
El chaval se repuso admirablemente, y tras unos minutos en los que fue atendido en el callejón, volvió a saltar al ruedo, crecido. La res embestía con el pitón de fuera y tenía cierta condición de manso, pero Curro estuvo firme. Intentó llevárselo a los medios para poder hacerle faena, sin que el animal entrara en ningún momento al trapo. Aún dolorido, el de Alaminos lo despachó de un estoconazo. La presidencia, que ostentaba el alcalde de Trillo, Francisco Moreno, lo premió con las dos orejas.
Su segundo novillo tuvo más movilidad, al menos cuando Curro lo citaba por dentro, porque tenía tendencia a chiqueros. La faena fue de menos a más. El público pudo presenciar en su segundo unos buenos lances de recibo con la verónica y un quite por cazalleras, antes de que el novillero lo llevara al caballo de picar. En la faena de muleta, el novillero manejó bien la mano izquierda, con algunos pases sueltos con la derecha. De nuevo Curro mató de primeras y de nuevo el chaval desorejó a su enemigo.
En el tercero, Curro resultó cogido por segunda y tercera vez. Se estaba gustando delante de su enemigo, siempre muy quieto, y recibió dos volteretas, afortunadamente sin consecuencias, que tuvieron a la plaza en vilo hasta que despachó por fin a su enemigo a la segunda, con una media estocada muy efectiva, tras un pinchazo en el que desde fuera se percibió que el toro no estaba con él. El de Alaminos no dejó ninguna duda de que se crece ante la adversidad. Con la muleta, antes y después de las cogidas, se le vio con firmeza, quietud, espaciosidad y temple. En los albores de la faena, en los medios, también hubo dos tandas de muletazos de importancia.
Con el último, de la ganadería de Torrehandilla, Curro de la Casa le puso el broche de oro a la tarde. Tuvo detalles de mucha torería, que se salieron incluso de su repertorio y demostraron que estamos ante un novillero que le puede dar muchas alegrías a la provincia. La plaza de Trillo se lo premió con dos orejas y rabo para una tarde redonda en la que cortó las ocho orejas, y el rabo al de Torrehandilla.
Poco antes de salir a hombros, el chaval decía haber estado muy a gusto sobre la arena de La Isla. “La afición me trata muy bien y me respeta, les estoy muy agradecido. Seguiré luchando para darles motivos para venir a verme a la plaza”, dijo. El chaval admitió los tres sustos como “parte de la profesión”. “Las figuras del toreo lo tiene todo ganado, yo estoy en la obligación de darlo todo en cada oportunidad que se me presenta. Me voy con el sabor de boca de que no ha salido todo tan redondo como yo hubiera querido, pero no queda otra que seguir trabajando y corrigiendo cosas”.
La Plaza de Toros de la Isla de Trillo registró una entrada de cerca de 2.000 personas. Acompañando a Moreno en la presidencia estuvieron Ana Guarinos, presidenta de la Diputación, Lorenzo Robisco, vicepresidente, y Juan Pablo Sánchez Seco, subdelegado del Gobierno en Guadalajara. Además de varios diputados provinciales y alcaldes de la comarca.







