Juan Morillo en el Tenorio Mendocino. Foto: Virgilio Hernando Vañó.
El actor alcarreño Juan Andrés Morillo-Velarde Taberné falleció el pasado domingo, día 30 de mayo, de forma repentina, cuando montaba en bicicleta en el entorno de su vivienda habitual en el monte de la Cañada Real de las Matas, cerca del poblado de Villaflores. “Juanito” Morillo, como era conocido por sus numerosos compañeros y amigos, ha muerto a la edad de 66 años y junto a Fernando Romo, gran amigo suyo y también recientemente fallecido, fue uno de los pocos actores profesionales guadalajareños de su generación que, fundamentalmente, se dedicó al teatro, si bien hizo también algunas incursiones en el cine y en la televisión. En este último medio formó parte del reparto de la popular serie “El Comisario” (1999). En el cine destacó por sus papeles secundarios, pero muy carismáticos, en las películas “Un buen novio” -de 1998, protagonizada por Fernando Guillén Cuervo y Natalia Verbeke- y “La gran aventura de Mortadelo y Filemón” -dirigida por Javier Fesser en 2003, coprotagonizada por Pepe Viyuela y Benito Porcino-. Morillo era un hombre de una gran cultura e inteligencia -de ahí que dominara la ironía como pocos- y también destacó por su talento literario, que prodigó menos que el actoral, pese a que siendo aún muy joven ya ganó un premio de poesía convocado por la Diputación Provincial.
Juan Morillo estudió en el colegio Maristas de Guadalajara e inició en Madrid los estudios de Historia, que después abandonó para, primero, terminar de formarse, y después dedicarse a la profesión de actor. Su primer contacto con el mundo del teatro aficionado fue a través de “Antorcha” Teatro de Cámara y Ensayo, el recordado y lamentablemente desaparecido grupo alcarreño que fue fundado en 1954 y cuya aportación fue decisiva para que la ciudad y la provincia pudieran acercarse durante el franquismo y los primeros años de democracia a un teatro de calidad, siendo a la vez una gran cantera de actores, entre los que destacaron los ya nombrados Morillo y Romo, Javier Borobia y Carlos Bernal, entre otros, como Miki Nadal y Abigail Tomey, estos dos últimos ya de generaciones posteriores. Juan Morillo participó como actor principal o de referencia en numerosos montajes de “Fuegos Fatuos”, pionero grupo alcarreño de teatro profesional que impulsó y dirigió su amigo y compañero Fernando Romo. También formó parte del elenco del Tenorio Mendocino en varias ediciones (la primera en 2001), haciendo el papel de Butarelli. Por sus características actorales, Morillo destacó sobremanera en personajes carismáticos y cargados de histrionismo, sobre todo de época, alcanzando quizá su cumbre actoral en las giras que hizo con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, algunas de ellas de carácter internacional.
Juanito Morillo, finalmente, era un gran guadalajareño, madridista y español. Desde el madridismo y el afecto, descansa en paz, amigo. Siempre estarás con nosotros, especialmente cuando nos volvamos a reunir para celebrar los cumpleaños de Javier. Un fuerte abrazo de admiración, respeto y cariño.
Jesús Orea
