Felipe II e Isabel de Valois llegan a la plqza Mayor, donde recibirán el homenaje de la ciudad de Guadalajara. /Foto: Carmen IbáñezCon motivo de ensalzar el valor histórico y actual del Palacio del Infantado, como candidato a ser declarado Patrimonio de la Humanidad, cientos de personas  se reunieron ayer por la tarde para celebrar la recreación de la boda de Felipe II y la princesa francesa Isabel de Valois que tuvo lugar en Guadalajara a mediados del siglo XVI. Alrededor de 200 personas fueron los protagonistas de esta representación que culminó en los Jardines del Infantado. GALERÍA DE IMÁGENES EN EL INTERIOR

 Todo ello fue llevado a cabo gracias al trabajo de producción y organización de la productora teatral elmuro y la empresa de eventos Ecoaventura, que en colaboración con el Ayuntamiento de Guasdalajara, se encargó del diseño y ejecución de esta propuesta. Todo ello bajo la supervisión y la dirección artística de Abigail Tomey. En colaboración con la Asociación Gentes de Guadalajara, la Asociación de Damas y Caballeros de Pastrana, los Tambores de la Cofradía de la Pasión de Guadalajara, el Coro Joaquín Turina, la Escuela dela Cotilla (con su grupo de bailes regionales y dulzainas) y la Compañía Escarramán. El trabajo de la ambientación de los espacios para el evento fue realizado por Nacho Pérez.

El rey Felipe recibió a la reina en la plaza de San Domingo, donde estaba una de las puertas de acceso a la Guadalajara medieval.

La salida de la comitiva de la Reina, representada por Lucía Pastor, tuvo lugar por la puerta principal de la Concordia, transportada por un espectacular coche de caballos, representando su salida desde París. Hay que recordar que la boda por poderes se había celebrado el 22 de junio de 1559 en Paris. Y que hasta su encuentro en Guadalajara los novios no se habían conocido personalmente. Fue en el palacio del Infantado, símbolo del poder de la familia de los Mendoza, una de las  más poderosas familias de la corte, donde celebraron la ceremonia.

Histórico encuentro a las puertas de la ciudad

El Rey Felipe, representado por Héctor Alcalá, partía al encuentro de la reina  desde la puerta del Palacio del Infantado junto a la familia Mendoza. El esperado encuentro tuvo lugar en la actual Plaza de Santo Domingo, donde termimaban las murallas de la ciudad y estaba la puerta del Campo, uno de los accesos al recinto amurallado que entonces protegía a la ciudad de Guadalajara, una de las principales de Castilla. En Santo Domingo numerosas personas presenciaron el histórico encuentro entre los esposos.

La pareja real recibió los obsequios de la ciudad en la plaza Mayor.El concejo les recibió en la plaza Mayor 

A continuación, la pareja real y comitiva reanudaron su camino realizando una pequeña parada con un recibimiento del pueblo llano en la Plaza del Jardinillo, donde se realizó a sus majestades una danza popular. Después del recibimiento continuaron su trayecto hasta la Plaza del Ayuntamiento, donde los reyes bajaron de su carruaje y se sentaron en sus tronos, siendo recibidos por el regidor y autoridades locales de la ciudad, que hablaron de la importancia del acontecimiento histórico que estaba a punto de producirse. También fueron obsequiados con diversas cestas y ofrendas de los ciudadanos; y se les entregó las llaves de la propia ciudad.

Y finalmente, la comitiva llegó hasta el Infantado donde se celebró la boda real.Boda real en el Infantado

El momento más especial de la tarde estaba a punto de comenzar. Cientos de personas esperaban en el interior del Palacio del Infantado, donde pudieron presenciar en directo la celebración de la confirmación de esponsales entre Felipe II e Isabel de Valois. El Secretario de Estado, encarnado por Juan Carlos Naya, dio fe del acontecimiento, al que acompañaba el Obispo de Burgos, representado por José Luís Gómez, y el Duque de Alba, a cargo de Pablo Menasanch. Todo ello acompañado con música de coro.

Y como sucediera hace más de cuatrocientos años, en los jardines de palacio se celebró el baile y otros festejos con los que la pareja real obsequió a la ciudad de Guadalajara.Baile popular en los Jardines

Con la salida de los recién casados, tuvo lugar un baile de banderas, junto al mercadillo medieval que se dispuso con motivo de dicho evento. La celebración popular en honor a la boda real tuvo por escenario los Jardines del Infantado, en donde se recrearon  los bailes populares que tuvieron lugare hace más de cuatro siglos, entre ellos los ejecutados por la Asociación de Damas y Caballeros de Pastrana. Todo ello bien acompañado de comidas y fuegos de artificio con los que los reyes obsequiaron al pueblo de Guadalajara con motivo de su casamiento.

Todo el mundo pudo participar en la celebración de la boda entre Felipe II e Isabel de Valois. Más de cuatrocientos años después.

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