Casa de Pioz en la que aparecieron los cadáveres de cuatro personas, se supone de los que vivían en ella./ GD.El delegado del Gobierno, José Julián de Gregorio, ha manejado el móvil de "ajuste de cuentas" en relación con el trágico suceso de Pioz en el que murió una familia brasileña de cuatro personas. Y tiene toda la pinta, ya que el descuartizamiento de los cuerpos parece ejecutado por una persona que sabía lo que se hacía, aunque del crimen y sus circunstancias casi todo está por aclarar.
Vecinos de Pioz guardan un minuto de silencio por las víctimas del asesinato
Los vecinos de Pioz no veían a la familia asesinada desde finales de agosto
Localizan los cuerpos de 4 personas descuartizadas , dos de ellos niños, en un chalet Pioz
Delegado del Gobierno: "Todo hace indicar que pudo ser debido a un ajuste de cuentas"
Decretado el Secreto de Sumario sobre el crimen de Pioz
La familia asesinada solo llevaba empadronada desde el 21 de julio en Pioz
Se sabe poco; muy poco. Y ha trascendido menos.
Unos recien llegados: Se sabe que la familia estaba empadronada en Pioz desde el 21 de julio, en una urbanización con unas seiscientas viviendas muy similares, y en la que parece fácil pasar desapercibido.De hecho, muchos de los vecinos han contado que ni les conocían; y los que sí sabían de ellos, apenas llegaron a contar que veían al hombre ir a comprar al supermercado porque no tenía coche. El alcalde de Pioz, Ricardo García, ha reconocido que "no les pongo cara". Como la mayoría de los vecinos de este pueblo con más de 3.500 habitantes, con vecinos que trabajan en el Corredor del Henares, especialmente en el área de Alcalá. ¿Cómo llegaron y por qué a Pioz? ¿De qué vivían? ¿Tenían algún trabajo? Los vecinos no lo saben. La casa tenía muy pocos muebles, por lo que se supone que estaban allí, de paso. ¿Escondiéndose tal vez?
El chalé estaba alquilado por una familia brasileña de cuatro miembros en una agencia inmobiliaria de Alcalá, propiedad de un antiguo administrador de la urbanización. Por no saberse, no han trascendido ni los nombres de los fallecidos, ya que primero deberá confirmarse por el Adn y otras pruebas, que efectivamente pertenecen a la familia que residía en la vivienda. Una pareja de unos 40 años de edad, una niña de 5 y un niño de apenas un año.
Bolsas en el salón: Un vecino detectó un mal olor llamativo en la vivienda, ubicada en la calle Los Sauces, y avisó al personal de seguridad, que a su vez llamó a la Guardia Civil. Entraron en la vivienda -que aparentemente no fue forzada-, y el mal olor fue intenso. Cuando llegaron al salón se encontraron con una imagen dantesca. Seis bolsas cerradas con cinta americana contenían los cuerpos, descuartizados, de un hombre y una mujer de unos 40 años, y en las dos bolsas restantes, los cadáveres completos de dos niños, al parecer degollados.
Una escena de la mafia más siniestra: ¿Qué hacían allí esas bolsas? ¿Por qué no se las llevaron y las hicieron desaparecer? ¿Cuántos tiempo llevaban? Los investigadores de la Guarda Civil en misión de policía judicial tienen mucho trabajo por delante. Y no parece que vaya a ser fácil. Los cortes en los cuerpos parecen hecho por profesionales, así que podríamos estar hablando de sicarios.¿Pero por qué la crueldad de matar a dos criaturas de cinco y un año de edad? Y si las dejaron allí, para que acabaran siendo descubiertas, ¿estaban mandando un mensaje siniestro a algunas personas muy concretas? Todo parece sacado de una película de mafiosos o de la danghueta calabresa: "Cuidado con denunciar al capo porque iremos a por tí y a por toda tu familia".Un ajuste de cuentas retransmitido a España, y también a Brasil, por los medios de comunicación. Una venganza cruel y despiadada que ha ocupado las primeras planas de los periódicos y los titulares de las televiones.
Desde finales de agosto, desaparecidos: ¿Cuanto llevaba muertos las personas encontradas? ¿Los mataron allí mismo? Los investigadores encontrarán respuesta a esta preguntas con los exámenes forenses y el cuidado análisis de los restos en la casa por la policía científica. El domingo estuvo toda la tarde en la casa, recogiendo posibles indicios, y ha trasladado los restos al Instituto Anatómico Forense, que una vez investigados se depositaron en el tanatorio de Guadalajara. Lo que sabemos: que desde finales de agosto, los vecinos no habían vuelto a ver a esa misteriosa familia brasileña que vivía en un chalé con una pequeña piscina en la calle de los Sauces, por lo que bien podrían llevar muertos desde entonces. Unos veinte días, tal vez un mes.
