Trillo y Fuentenovilla han celebrado este fin de semana esa tradición
Los vecinos de Fuentenovilla colocando su mayo
Los vecinos de los pueblos de Guadalajara siguen manteniendo vivas sus costumbres y tradiciones. En esta época se rememoran los mayos.
En Trillo una treintena de jóvenes y hombres de la localidad colocaron en la madrugada del día 1 su mayo en la Plaza Mayor del pueblo. Un acto que no fue fácil: había poca gente y se vieron obligados a recortar en varias ocasiones el enorme chopo escogido en la ribera del Tajo que medía más de 15 metros de altura.
Colocación del mayo en Trillo
La tarea duró más de tres horas y tras colocar el mayo en el agujero preparado en el suelo de la plaza Mayor, se cumplió con la tradición de cantar a la Virgen a las puertas de la iglesia, acto en el que participaron apenas un puñado de trillanos. Una de las tradiciones más antiguas de Trillo que no se quiere perder. Desde el ayuntamiento recuerdan con nostalgia este festejo que era uno de los más esperados del pueblo y que culminaba el día 3 con la fiesta de la Cruz de Mayo que también está en riesgo de perderse si no se involucran más los vecinos.
Fuentenovilla planta un mayo de 26 metros
En Fuentenovilla los quintos y quintas de este año (es decir los que en 2024 llegan a la mayoría de edad) eligieron el mayo que se iba a montar en el corralón, un mayo de menos peso que el del año pasado, pero de mayor
altura.
“Los mayos de Fuentenovilla son una fiesta muy grande, una tradición que no se puede perder. Todos nos vamos con el hombro marcado y con alguna herida a casa, pero merece la pena. El pueblo se junta, y entre todos, la mantenemos”, señalaba uno Pedro Lara uno de los participantes.
La voz que dirige la puesta del mayo es la de José Luis Rivas, a punto de cumplir 71 años.
Después, los quintos pidieron permiso a la alcaldesa, Montserrat Rivas, para iniciar la ronda por el pueblo y empezar a cantar a las mozas.
En la mañana del día primero de mayo, los quintos salían a pedir, de casa en casa, la cuota del mayo. Cada vecino ofrece la voluntad, y, con ese dinero, se organiza una barbacoa en la que la juventud invita a quienes participan de la fiesta, y en general, a todo el pueblo.
