Una veintena de puestos y escasa afluencia de público en el primer día de mercadillo tras el cierre por la pandemia.
Un solitario puesto de ropa interior esta mañana en el mercadillo/GUDiario.
La reapertura del mercadillo en Guadalajara tras el cierre por las medidas preventivas del estado de Alarma ha sido al ralentí. Por parte de vendedores y clientes. Solo algo más de veinte puestos se dieron cita en la calle La Tajera para la reapertura, que cogió a parte de la clientela confinada. No hubo necesidad en ningún momento de regular la entrada al recinto, porque este sábado se acercaron muy pocos clientes, y esto unido a la gran separación entre los puestos daba un aspecto muy desangelado. Lo que esperan los vendedores es que la gente empiece a animarse y que el próximo martes aumente la afluencia, porque dudan de que algunos se hayan enterado de que han abierto.
Hay que recordar por ahora el mercadillo del martes - que se celebraba en los aledaños a la plaza de toros y era el más concurrido-, se traslada también a la calle de La Tajera por razones de espacio. Aquí hay sitio suficiente para la separación social entre los puestos y no va a haber problema para cumplir con la normativa. El horario seguirá siendo el mismo.
Como medida suplementaria, la policía local controló la entrada al recinto y Protección Civil dispensó hidrogel a todos los que entraban, para asegurar que no se propaga el virus cuando se toque el género. Además se requiere el uso de las mascarilla.
El acceso se montó por la glorieta del Retén de Cogollugo, donde estaban los dispensadores de gel desinfectante, y las salidas se ubican al final de la propia calle y también en la intersección con la calle Pozo de los Ramos.
Normativa especial
La normativa estatal obligaba a reducir el mercadillo al 25% de su capacidad, pero el Ayuntamiento ha preferido dar espacio a todos los comerciantes que habitualmente montan los puestos y ampliar la zona de comercio. A pesar de ello los comerciantes deberán cumplir unas normas: los puestos reducen su tamaño para asegurar que las distancias laterales entre los mismos son de 2,5 metros y que la distancia frontal a otro puesto es de, como mínimo, 6 metros. Frente a cada puesto se han pintando en el suelo marcas a un metro de distancia sobre las que los clientes o clientas deberán esperar para realizar su compra o acceder al puesto.
Protección Civil dispensaba hidrogel a todos los que entraban.
Además los vendedores deberán contar siempre con guantes y mascarilla y solo ellos podrán manipular las mercancías, también deberán contar con contenedores propios para los residuos, que deberán quedar completamente cerrados cuando desmonten sus instalaciones para poder ser recogidos.
La Policía Local podrá actuar ante cualquier infracción, pudiendo incluso suspender licencias de venta ambulante.
