(Mientras contemplo el asentamiento arévaco de Numancia, siglo II antes de Cristo, que tanto resistió a las legiones romanas tarraconenses que llegaban desde la Hispania imperial -hoy, las costas catalanas-)
Estos Belos bellos que aún celtíberos
Son, como los Titos y los Lusones,
Tanta a Roma oponen lid entre sones
–Oídlos, oídlos-, bélicos e ígneos…
Sin tregua impugnan Roma, que españoles
–BELOS previos a España- quiere hacerlos.
¡BELLOS arévacos son celtas íntegros,
QUE a Hispania romana niegan voces!
¡AÚN pudiera vuestras glorias iberas
CELtamente cantar!, ¡heroicas eras!
¡TIenen de lo antiguo tanto estas tierras
–BEllos belos, titos y pelendones,
ROStros arévacos, turmódigos, lusones-,
que historias contásemos todas estas sierras…!
Juan Pablo Mañueco.
De la novela "Viaje a Brihuega y las cincuenta primeras castellanas·