¿Qué sucedería si en un mercado de flores, las flores escasearan? Principalmente dos cosas: una, que el comerciante busque flores más alejadas a su entorno; y dos, que si no se potencia la actividad de quien las cultiva probablemente el mercado cierre. Así sucede con la apicultura en Castilla La Mancha y concretamente con la Feria Apícola de Pastrana que se celebrará próximamente los días 5 al 8 de marzo.
Desde los orígenes en el año 1982, la Feria Apícola de Pastrana ha servido como escaparate para los apicultores de Castilla La Mancha y concretamente de la provincia de Guadalajara, donde ancestralmente ha sido siempre una economía y una industria muy importante; que ha pasado generación tras generación a la actualidad y que plasma el interés por preservar ese conocimiento del que nuestros abuelos se sirvieron para la estabilidad de sus economías, la mejora en la
producción de sus cultivos y la conservación del entorno natural que todos compartimos. Pero ese escaparate debe seguir funcionando para que actuales y futuras generaciones de apicultores puedan continuar la labor que tan rigurosamente se han ido trasladando de padres a hijos.
Fruto de esa labor exquisita de los apicultores castellano manchegos y concretamente de los afincados en Guadalajara, han sido por una parte lo que hoy conocemos como Sello de Identificación Geográfica Protegida Miel de La Alcarria con su Consejo Regulador como órgano rector y por otra lo que se ha ido trasladando a la ciencia para esa perpetuación del conocimiento apicultor con la creación del Centro de Investigación Apícola de Marchamalo.
Es por esto por lo que hoy hay que recordar que nada de esto sería posible sin la actividad del apicultor propiamente dicha. Esa labor por proteger sus abejas sanas, por la excelencia en su producción de miel, por generar riqueza en su entorno, y para que todos podamos disfrutar de ese entramado tan complejo creado en torno a su figura. Una figura, la del apicultor de Castilla La Mancha, sin la cual no existiría ni el Centro de Investigación de Marchamalo, ni el Sello de Calidad, ni por supuesto, La Feria Apícola de Pastrana tan aclamada en la actualidad.
Es por esto por lo que los apicultores se preguntan ¿por qué algo tan importante para el progreso del sector primario en Castilla La Mancha no tiene un apoyo mayor para la actividad y no tanto para el escaparate? Actualmente todo el presupuesto de la Diputación provincial de Guadalajara y gran parte del de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha dedicado a la apicultura se dedica íntegramente a la celebración de la Feria Apícola de Pastrana. Desde aquí, queremos hacernos eco
de las reivindicaciones de los apicultores ante la opinión pública y clamar por el apoyo de una industria esencial en nuestra región. Porque sin flores, el mercado de las flores cierra o se adquieren otras flores venidas de fuera de nuestras fronteras, mal etiquetadas que engañan al consumidor y
provocan la disminución del progreso económico de nuestro entorno más cercano o directamente lo dirigen a su desaparición.
Casualmente la presidenta de la Diputación de Guadalajara, Ana Guarinos, también lo es de laFundación Feria Apícola, encargada de la gestión y organización de la Feria Internacional Apícola de Pastrana. Pero la apicultura no es sólo la comercialización de la miel. Es un trabajo muy dedicado y delicado a su vez, que exige numerosos esfuerzos por parte del apicultor por mantener su cabaña sana durante todo el año para que luego ese oro líquido y dulce llegue a las mesas de los paladares más exigentes con rigores de calidad inigualables. Ese oro líquido que desaparece en los bolsillos de quienes nunca han visitado un colmenar y ni conocen las exigencias del mismo.
Es por todo esto por lo que desde ASAPIA Guadalajara exigimos el aumento y la distribución de los recursos económicos dedicados a la apicultura en Castilla La Mancha de un modo más equitativo e igualitario que apoye esa labor tan importante en Guadalajara y de la que TODOS nos enorgullecemos al contemplar y paladear.
ASAPIA Guadalajara
