Casi lleno en los tendidos de 'La Muralla'. Amplía galería de fotos

Manzanares realizó una gran faena al cuarto con mucha entrega. Foto: Sergio Castro

Tarde de la que solo se salvó una faena de Roca Rey que llegó a los tendidos en la que el torero puso todo y otra muy técnica y de mérito de Manzanares al quinto. Poco pudo hacer un Morante que lo intentó en dos faenas largas muy técnicas para mantener sus toros. Muy mala corrida en presencia y juego de la familia Matilla. Lo mejor de la tarde el casi lleno en los tendidos.

Ficha

Cuatro de toros de Hermanos García Jiménez 1º, 2º, 5º y 6º; dos Olga Jiménez 2º y 5º (Encaste Domecq): Sospechoso de pitones, anovillados, flojos, nobles y descastados.

Morante de La Puebla: Estocada al encuentro trasera (oreja con escasa petición); estocada (saludo desde el tercio).

José María Manzanares: Estocada delantera saliendo trompicado (oreja); mete y saca en los bajos, casi media y tres descabellos (saludo desde el tercio).

Andrés Roca Rey: Estocada caída (dos orejas); pinchazo delantero y tres descabellos (silencio).

Plaza de Toros de La Muralla, Tradicional Corrida de Primavera. Casi lleno, en tarde nublada de temperatura agradable. Salió en hombros Roca Rey.

La técnica de Morante se impuso a su personal concepto. Foto: Sergio Castro

Crónica

Siempre se ha dicho que el toro es el rey de fiesta y que sin toro no puede haber “fiesta de los toros” pero ayer ante la falta del rey el peruáno Andrés Roca Rey, como Napoleón, se autoimpuso la corona. Porque lo de ayer en Brihuega fue preocupante, si una ganadería que está en las ferias echa seis toros así aunque sea en una plaza de tercera y los toreros lo aceptan de buen grado es que la cosa no va bien. Es verdad que ya nos hemos acostumbrado a esto en Brihuega, y a nadie le engañan, pero esto pierde el respeto al toro que debería ser el rey de la fiesta. Por suerte y para que todo no terminara en escándalo la tarde se la echó a la espalda Roca Rey que tuvo que tirar de los viejos recursos del arrimón y poner todo en el ruedo. Volvió el Roca Rey de las distancias cortas y la predisposición a triunfar por encima de ganado y circunstancias.

Gran tarde del peruano Roca Rey, que nunca defrauda./Foto: Sergio Castro

Gran tarde del peruano Roca Rey que demostró un pundonor de no dejarse ganar la partida y triunfar a toda costa. Con muy poco que tenía el tercero de la tarde se inventó una faena. Lo cuidó en el caballo simulando un tercio de varas. Realizó un quite variado por chicuelinas, bernardinas, tafalleras… que fueron surgiendo ante un publico ya entregado. Comenzó con un pase cambiado muy ajustado pero no quedó satisfecho y volvió a citarle al toro esta vez de rodillas para darle una tanda muy comprometida. Ya en la vertical cuidó al toro por el pitón derecho para luego pasarlo al toreo al natural donde el toro colaboró menos. Volvió a la mano derecha y acortó distancias en la traca final. Estocada defectuosa y dos orejas.Roca Rey con este detalle de gran calidad. Foto: Sergio Castro.

Con el que cerró plaza, Roca Rey solo pudo justificarse y volver a las distancias cortas aunque la faena nunca pudo coger vuelos. Alguna tanda ligada por el pitón derecho y un arrimón final que demostró que la máquina está engrasada para las grandes citas de la temporada.

Gran despliegue de técnica ante el quinto de Manzanares, un toro complicado y con muchas teclas ante el que alicantino hizo una faena más para aficionados que para el gran público.

Se empeño en que el toro embistiera hasta por el pitón izquierdo y lo consiguió. Cuatro veces tuvo que colocarse y pulsar la embestida del toro con la mano izquierda pero al final lo logró, sin mucho eco en los tendidos pero con el reconocimiento de algún aficionado perdido en la grada. En el primero demostró el buen trazo de su toreo y el empaque que da su figura en la plaza. Con un toro anovillado y sin rematar logró muletazos de gran trazo. Por encima del resultado artístico, una oreja de escaso peso, Manzanares dejó una de gran impresión.

Morante en un bonito lance con la izquierda. Foto: Sergio Castro.

Morante hizo lo que no le gusta y el gran público no entiende: justificarse dando pases sin profundidad. En Brihuega la técnica para sacar muletazos se impuso a la profundidad en el pase. El de La Puebla fue infiel a Morante. Lo intentó en sus dos toros repetidamente en vez de abreviar porque si algo estaba claro es que los toros de ayer de Morante eran a contra estilo. Muy pulcras pero sin eco en los tendidos. Lo mejor su rotundidad con la espada que le sirve para coger confianza para las próximas citas en Sevilla.

La corrida de la familia Matillas, titular de los dos hierros que se anunciaron, fue floja y muy mal presentada. Le salvó su fondo de calidad y nobleza pero sobre todo la disponibilidad de los toreros.

Lo mejor de la tarde la vuelta del público a la plaza de La Muralla que casi se llenó. Es verdad que para ello se han tenido que acartelar tres figuras máximas pero una buena noticia, al fin y al cabo.

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