¿Qué relación tiene el Seat 600 con la Academia de Ingenieros de Guadalajara?

Medio siglo de la fabricación del último automóvil de este popular modelo

Seat 600 Echagüe

Continúa siendo un automóvil especial, casi mítico. El Seat 600 ocupa un lugar fundamental en el imaginario colectivo español. Fue el coche con el que aprendimos a conducir, el que nos metimos toda la familia de camino al pueblo o la playa. Recientemente se cumplían los cincuenta años de la fabricación del último modelo. ¿Sabes que relación guarda con la Academia de Ingenieros de Guadalajara?

 

El 600 se convirtió en el coche de la clase media española. Desde 1957, en que salió la primera unidad, hasta 1973, en que dejó de fabricarse, se vendieron más de 800.000 vehículos de este modelo. Las primeras apariciones de este automóvil en España fueron unidades del original italiano, el Fiat 600. Su imagen, sin embargo, está absolutamente asociada a la marca Seat, ya que fue esta empresa la que empezó a producirlos tras un acuerdo con el gigante italiano.

Y es ahí, precisamente en la Seat, donde surge la conexión de este mítico vehículo con la Academia de Ingenieros de Guadalajara. La Sociedad Española de Automóviles de Turismo (Seat) fue fundada en 1950. Y al frente de la mismo, el ya desaparecido Instituto Nacional de Industria (INI), colocó al ingeniero alcarreño José Ortiz Echagüe… formado en la institución militar de nuestra capital.

Sabían muy bien a quien ponían. Ortiz Echagüe era todo un veterano en estas lides. Aunque sea quizá más reconocido por su faceta de fotógrafo, la verdad es que el ingeniero había aprovechado muy bien su paso por las aulas de la Academia de Guadalajara, donde había ingresado en 1903. Comenzó construyendo aviones en las primeras décadas del siglo XX y terminó fundado, en 1923, Construcciones Aeronáuticas Sociedad Anónima (CASA).

Ortiz Echagüez 1José Ortiz Echagüe.

 

El primer avión de la empresa salió de los talleres en 1926. A lo largo de la historia sus modelos, por cierto, han sido adquiridos por ejércitos como el español, el sueco o el polaco. Actualmente la empresa continúa siendo referente en la industria aeroespacial, dentro del consorcio Airbus.

Con esos antecedentes no es de extrañar que la idea de crear una gran industria automovilista recayera sobre Ortiz Echagüe. Este no la rechazó; lo único que pidió fue seguir compatibilizándola con la presidencia de CASA. La nueva empresa se creo en 1950 y, tras la construcción de la fábrica en la Zona Franca de Barcelona, el primer modelo salió de la cadena de montaje en 1953. Era un 1.400. El segundo, en 1957, fue ya el Seat 600. Ortiz Echagüe dirigió la empresa durante dieciséis años. Presentó su dimisión en 1967, aunque, pero fue nombrado presidente de honor vitalicio.

Academia y cantera

Pero Ortiz Echagüe no fue el único “brillante” que salió de la Academia Militar de Ingenieros de Guadalajara. La institución funcionó en nuestra ciudad casi un siglo, de 1833 a 1932. Durante este tiempo pasaron por ella 115 promociones con un total de 2213 oficiales e ingenieros. En las aulas alcarreñas estudiaron los genios que posteriormente dieron un salto cualitativo a la ciencia, la ingeniería y el Ejército españoles.

Entre ellos se encuentra Emilio Herrera Linares inventor del prototipo del traje espacial. El mismo Herrera amigo de Albert Einstein al que Neil Amstrong le trajo una roca lunar. Lo hizo en recuerdo de su innegable aportación a la carrera espacial.

Aquí, en la Academia de Guadalajara estudió también un joven vasco llamado Alejandro Goicoechea. Fue el inventar del Talgo (Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol). Supuso toda una revolución en los ferrocarriles españoles.

Por la Academia de Ingenieros pasó también Mariano Barberán, el héroe del Cuatro Vientos que se perdió en México después del viaje sin escalas de Sevilla a Cuba. Asimismo, estudiaron Pedro Vives Vich y Eduardo Barrón (pioneros de la aerostación y la aviación española) o Alfredo Kindelán (considerado creador del Ejército del Aire).

AcademiaVista aérea de la Academia de Ingenieros de Guadalajara.

La Academia de Ingenieros contribuyó a que nuestra ciudad se considere el lugar desde el que España comenzó a conquistar los aires. Gracias a Ortiz Echagüe podemos decir que, también desde Guadalajara, España comenzó a conquistar las carreteras españolas en busca de la playa. Gracias, querido 600.

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