La limpieza de los centros públicos se concentra ante el Ayuntamiento de Azuqueca
María Luisa San Vicente tiene 59 años. Lleva 45 limpiando colegios en Azuqueca de Henares.Es una de las muchas personas que, prácticamente en toda Castilla-La Mancha, se han sumado a la huelga en el sector de la limpieza de edificios y locales. Este miércoles un grupo de ellos, los que desarrollan su tarea en los centros públicos, se ha manifestado ante el Ayuntamiento azudense pidiendo mejoras en su sector. “Llevamos dos años sin que nos suban el sueldo y, además, nos quieren quitar la antigüedad. Yo, por ejemplo, cobro más por antigüedad que por jornal”.
El escenario de la manifestación no ha sido elegido al azar. Se encargan de limpiar los colegios públicos y dependencias municipales tales como el propio Ayuntamiento, la Casa de la Cultura, el Foro, los juzgados o la Comisaría de la Policía. Y aunque están a cargo de subcontratas, el responsable último de abonar de sus pagos no es otro que el Ayuntamiento de Azuqueca. “Cada cuatro años sale la contrata a subasta y gana la más barata. El Ayuntamiento le da el dinero y ya está. Creemos que deberíamos estar contratados directamente por el Ayuntamiento, nosotros ganaríamos más y ellos, además, se ahorrarían dinero”, razona María Luisa.
La manifestación, seguida por la inmensa mayoría de las 30 personas encargadas de la limpieza de los centros públicos azudenses, ha estado además apoyada por trabajadores del sector en fábricas como Mahou y Bimbo, también en huelga. Han comenzado por dar a conocer sus reiniciaciones entre el público en el tradicional mercadillo de los miércoles y, posteriormente, se han trasladado a la Plaza de la Constitución, a las puertas del Ayuntamiento. “Somos treinta mujeres más el cristalero y hacemos huelga 25. La semana que no vamos a trabajar no cobramos y luego, a las que nos toca, hacemos servicios mínimos en los colegios, que es vaciar papeleras y limpiar los baños. Son 2 horas y 45 minutos, según nos va tocando, y eso es lo que cobramos. La semana que no se trabaja, no se cobra”.
A las puertas del Ayuntamiento de Azuqueca seguían escuchándose de fondo las consignas de la concentración. “Somos personas, no somos fregonas”, “Somos personas, no somos fregonas”. Mientras, María Luisa, enseñaba a este diario mensajes de apoyo de alguna comunidad escolar. “Nosotros estamos aquí a ver si quiere bajar alguien a decirnos algo, que luego, cuando vienen las elecciones, bien que nos piden ayuda para ir a los mítines y tal. Pues ahora les pedimos nosotros ayuda a ellos, porque creo que el sector de la limpieza es muy importante”.
No hizo falta esperar mucho para la reunión. En un momento dado, mientras hablábamos con ella, apareció el alcalde de Azuqueca. María Luisa nos abandonó para pillar al vuelo al primer edil “Oye José Luis, ven aquí”. Entonces el alcalde habló con los manifestantes y se los subió a todos al salón de plenos. Cuando entraron los concentrados el suelo ante el Ayuntamiento quedó tapizado de papeles. Hablaban de la huelga. “Ya hay compañeras que no llegan a fin de mes”, se podía leer en uno.