El último Consejo de Ministros ha aprobado un gasto de 1,7 millones de euros y habla del fin de las obras en 2023
Inicio de los trabajos en 2015/ Archivo
El parador de Molina sigue acumulando retrasos e incremento de presupuesto. El último cambio lo hemos conocido esta misma semana. Este martes el Consejo de Ministros aprobaba el gasto adicional de 1,7 millones de euros para terminar las obras de este edificio. Según consta en el acuerdo “la tramitación de un nuevo modificado es imprescindible para continuar con la obra” y supone un incremento en el presupuesto de un 9,64%. En total su coste se acercará a los 20 millones de euros (19.792.689,64€).
Según han confirmado fuentes del Gobierno de España es necesario “introducir variaciones indispensables sobre saneamiento y drenaje, aparatos elevadores, y diversas instalaciones: gas, contraincendios, climatización y electricidad”. La propuesta recoge tanto las nuevas unidades de obra como los excesos de mediciones.
Un año más de retraso
Pero no es esa la única novedad; además dichas obras terminarán, según deja claro el Gobierno, el 31 de marzo de 2023, lo que retrasa un año más la fecha dada por el propio presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García Page, que visitaba la zona en septiembre de 2020 dando como fecha de funcionamiento 2022.
Hay que recordar que la obra del Parador de Molina siempre ha estado llena de dificultades. Fue comprometida por el presidente Rodríguez Zapatero en 2005 tras el incendio de la Riba de Saelices en el que murieron 11 forestales del retén de Cogolludo aunque la primera piedra no se puso hasta el año 2015. Desde entonces la obra, que tardará en terminarse 18 años si se cumplen los nuevos plazos, ha estado plagada de retrasos, problemas y cambios en el proyecto. Al mismo tiempo que el parador de Molina se anunció el parador de Muxía, en este caso a raíz de la catástrofe del Prestige. Si bien este parador se inauguró en 2020 y ahora es uno de los más solicitados de la red nacional.
El parador se levanta en el cerro de Santa Ana, justamente frente al castillo de Molina de Aragón que se abre a sus ventanales. Tras una reducción del proyecto original, algo que llevó a Pablo Bellido a denominarlo "Hostal La Lola", será un hotel de cuatro estrellas con 22 habitaciones.