Controlar el peso y hacer ejercicio físico, claves para prevenir la trombosis

Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Trombosis

trombosisLa trombosis venosa es el tipo más frecuente

La Comisión de Enfermedad Tromboembólica Venosa (ETEV) de Guadalajara, centrada en el estudio de la trombosis ha recordado a la población la necesidad de prevenir esta enfermedad mediante hábitos de vida saludables con especial atención al control del peso y la práctica de ejercicio físico.

La Comisión, compuesta por profesionales de distintos servicios del hospital de Guadalajara y de Atención Primaria, con motivo de la celebración este 13 de octubre del Día Mundial de la Trombosis, ha lanzado un mensaje de concienciación dando a conocer esta enfermedad y sus consecuencias con el fin de aumentar el conocimiento sobre la misma y contribuir así a su prevención, según informa la Consejería de Sanidad en una nota de prensa.

La trombosis es la formación de un coágulo de sangre en las arterias o las venas que provoca un obstáculo en el torrente sanguíneo, y la trombosis venosa es el tipo más frecuente, se forma en las venas y puede viajar por el sistema sanguíneo y alojarse en los pulmones originando una embolia pulmonar.

Los factores de riesgo para padecerla son la edad, el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo, la hipertensión arterial y el embarazo, el tratamiento anticonceptivo combinado, el reposo y los periodos de inmovilización prolongada, como es el caso de los ingresos hospitalarios, así como factores genéticos, los viajes largos, el tratamiento hormonal o las enfermedades oncológicas.

Para prevenir su aparición se deben mantener hábitos de vida saludables con especial atención al control del peso, la práctica de ejercicio físico o mantener una dieta equilibrada, entre otros.

La Comisión ETEV ha señalado que se debe consultar al médico si se presenta hinchazón, dolor, enrojecimiento, sensación de calor en una pierna, dolor en el pecho, ritmo cardíaco acelerado, respiración rápida o falta de aire.

Respecto a su tratamiento, consiste básicamente en medicamentos anticoagulantes y en el uso de medias de compresión para prevenir el síndrome postrombótico, además de la adopción de medidas como la administración de tratamiento preventivo anticoagulante ante situaciones de reposo o inmovilización.

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