AMAC pide en el Congreso que llegue “ya” dinero para revitalizar Zorita

Creen que mientras los pueblos están haciendo su parte la administración regional y nacional no están siendo efectivos

presidente-AMAC-congresoEl presidente de AMAC en su comparecencia en el Congreso/ AMAC

El presidente de AMAC (Asociación de Municipios Afectados por Centrales Nucleares), Juan Pedro Sánchez Yebra, ha mostrado en el Congreso de los Diputados su preocupación por el futuro de los municipios tras el cierre de las centrales “si bien es cierto que se ha constituido el Instituto para la Transición Justa y se han firmado dos protocolos en las zonas de Zorita y Garoña, sigue preocupándonos. AMAC se ha implicado a fondo. Hemos creado un servicio propio de desarrollo económico y hemos promovido e impulsado la redacción de estrategias de desarrollo en las zonas nucleares aprobadas por todos los ayuntamientos, empezando por Zorita y Garoña y siguiendo ahora en Almaraz, pero nos preocupa la efectividad de los programas nacionales y autonómicos”.

Sánchez Yebra ha incidido en que las soluciones no pueden ser a corto plazo si no que deben ser trabajos a futuro “El desarrollo rural es un trabajo intenso de más de diez años y, si no se crean políticas consensuadas, podemos perder lo realizado con los cambios de gobiernos en un futuro en las respectivas administraciones. Hace falta más trabajo compartido entre las partes”.

Ha recordado que los efectos del cierre en Zorita se vienen padeciendo desde el año 2006 y en Garoña desde el año 2017, por lo que “la necesidad de inversión es urgente y no podemos demorarnos si queremos ser efectivos”.

Criticas por la dejadez en los planes de emergencia

También ha alertado de la falta de voluntad total de implementación real de los planes de emergencia nuclear.  En una comparecencia en la Comisión de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Sánchez Yebra, ha criticado el efecto que está teniendo en las zonas afectadas hablar continuamente del cierre de las centrales nucleares “produce un efecto que podríamos llamar espejismo, que es la sensación de que ya no tenemos energía nuclear. Esto se traduce en una falta de voluntad total de implementación real de los planes de emergencia nuclear”.

Yebra asegura, que la actividad de la Dirección General de Protección Civil ha disminuido considerablemente: “No se han organizado simulacros, no se han implementado sistemas telemáticos de comunicación para superar la situación durante la pandemia y, además, ha disminuido considerablemente la inversión de protección civil en el mantenimiento de los medios necesarios para abordar una emergencia”.

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