El bloque de derechas (sin CS) sumaría 61.975 votos y el de izquierdas 55.787. Solo una coalición PSOE+CS+UP habría cambiado el resultado.
¿Habría tenido relevancia, en una circunscripción como Guadalajara, que a las elecciones del 10-N hubiera concurrido un bloque de derechas (Vox+PP) frente a otro de izquierdas (PSOE+UP? ¿Habría tenido alguna repercusión un España suma en Guadalajara, donde solo se distribuyen tres diptados?
La repuesta a ambas preguntas es no. Un bloque de derechas entre Vox y PP habría ganado las elecciones en Guadalajara, con 61.975 votos, frente a un bloque de izquierdas con PSOE+UP, que sumarían 55.787 sufragios. Pero aplicando la ley de h’Hondt, la distribución habría sido de 2 escaños para Vox y PP, y 1 para PSOE y UP. Dando por hecho que el número 1 del bloque de izquierdas hubiera sido del PSOE, habríamos tenido el mismo resultado que ahora:1+1+1 entre PSOE, Vox y PP.
¿Habría cambiado este reparto incorporando a Ciudadanos a cualquier de ambos bloques? La probabilidad es remota dado que es difícil ver a un partido liberal compartiendo listas con la extrema derecha o la extrema izquierda. Así que solo a título de curiosidad, apuntaríamos que si la formación centrista se pasara al bloque de derechas, con los resultados del 10N, y yendo en el tercer lugar, tampoco habría sacado diputado.
En cambio, si Ciudadanos hubiera ido en coalición con Sánchez y Pablo Iglesias, ese bloque habría obtenido 2 diputados (de haberse mantenido los mismos resultados, que ya es mucho decir) frente a una coalición electoral entre Vox y PP, que se habría quedado con 1.
En el senado sí habría cambios
Donde una elección entre bloques de derecha e izquierda hubiera tenido una variación electoral habría sido en el senado. Al haber quedado las derechas como formación más votada, lo más probable es que hubiera obtenido 3 senadores por solo 1 del frente de izquierdas.
Hay que recordar que en estas últimas elecciones, Vox solo presentó 1 candidato al Senado mientras que el PP completó la lista con 3, con lo que se produjo un hecho insólito: que los candidatos 1 y 2 del PP recibieron votos de Vox, y en cambio no sucedió a la inversa. De esta manera, PP y PSOE sacaron dos escaños cada uno, y el candidato de Vox se fue al séptimo puesto (solo recibió apoyos de los electores de su partido). El otro damnificado por la estrategia de Vox fue el tercero en la lista del PSOE, Julio García, que solo ha estado seis meses en la cámara alta.