La agencia estatal de consumo ha aceptado la petición del gobierno regional al ser un producto de consumo ocasional
García Page degustando hoy unas gachas manchegas/ JCCM
Nunca ha dejado de venderse, pero la harina de almortas, con la que se elaboran las típicas gachas, está prohibida para el consumo humano desde 1967 por considerarla tóxica y causante de una enfermedad que degenera los huesos. Hoy la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha ha anunciado que la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) ha permitido que este productos se regularice y se autorice para el consumo humano.
Según el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, la AECOSAN ha admitido la propuesta realizada por el Gobierno de Castilla-La Mancha para que la harina de almortas se pueda utilizar para elaboración de gachas “que se consumen de manera moderada, por cualquier persona”, un producto que según el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural han consumido los agricultores de “esta tierra desde “siempre”, “gente humilde que iba al campo y se esforzaba por sacar adelante Castilla-La Mancha”.
Esto supondrá que se podrá vender en los lineales de distribución como un producto “apto para el consumo”.
En la región se cuenta con tan solo 550 hectáreas de cultivo y 330 toneladas de este producto al año y, aunque “no es el sector más importante”, ha indicado Martínez Arroyo, supone un “complemento de renta para muchos agricultores y la reivindicación de la gastronomía castellano-manchega”.
Ahora, con su regularización para el consumo humano, se vaticina un incremento de su venta y el acceso del consumidor al mismo en los lineales.