Trabajos de retirada de los residuos de la planta quemada en una foto tomada ayer. / CEIS Guadalajara. El Grupo Layna denunció a Kuk Medioambiente el 21 de julio y luego informó por escrito a las Consejerías de Medio Ambiente de Madrid y Castilla-La Mancha de las "irregularidades" detectadas en Chiloeches. El 26 de agosto, ardía en un fuego sin aclarar la planta propiedad de KUK en Chiloches y que estuvo arrendada a Layna durante un año: desde marzo de 2015 hasta 31 de marzo de 2016, seis meses antes del incendio.
Un polígono en el punto de mira: cuatro incendios en poco más de dos meses
El Grupo Layna carga en su primer comunicado de prensa contra la empresa Kuk Medioambiente, propietaria de la empresa que a finales de agosto se incendió en el polígono de Chiloeches. También asegura que Kuk se comprometió a retirar los residuos, que finalmente se quemaron en el incendio iniciado en la madrugada del 26 de agosto, semanas después de que Layna presentara denuncia contra Kuk en los juzgados.
En el primer comunicado desde el incendio, el Grupo Layna --cuyos dueños son de Horche (Guadalajara) y tienen plantas de reciclaje en Alcalá de Henares (Madrid), Horche, Chiloeches, Paterna (Valencia) y Puente Genil (Córdoba)-- dice que en Marzo de 2015, y hasta Marzo de 2016, Layna arrienda a KUK Medioambiente una parte de sus instalaciones en Chiloeches, donde esta empresa "contaba con autorización para la gestión de Residuos No Peligrosos y Residuos Peligrosos a fin de poder llevar allí residuos peligrosos de nuevos clientes para que KUK se encargara de su gestión. En consecuencia LAYNA no es, ni ha sido nunca, dueña de las instalaciones de KUK en Chiloeches", dice el comunicado.
Barranco quemado cerca de la planta que Layna alquiló a Kuk. Trabajadores "infiltrados"
El grupo Layna asegura que "en todo momento KUK ocultó a Layna la existencia de expedientes sancionadores y apercibimiento de suspensión de la autorización de dichas instalaciones". Y a continuación añaden que "toda la actividad de las instalaciones de Chiloeches la desarrollaron y supervisaron trabajadores “infiltrados” en LAYNA, que abandonaron la empresa en Abril 2016 para seguir trabajando para KUK en las mismas instalaciones de Chiloeches".
Según Layna, estos trabajadores "confabulados con la empresa KUK, durante el año de duración del arrendamiento, presuntamente manipularon y falsearon documentos referentes a los residuos llevados a KUK (Chiloeches), empleando firmas y sellos de la empresa LAYNA sin el conocimiento de la gerencia y ocultando deliberadamente la existencia de esta documentación y, en consecuencia, de la gestión irregular de dichos residuos".
Ante la "imposibilidad" de obtener dicha información sobre la manera en que KUK estaba gestionando los residuos en Chiloeches, Layna "decide resolver el Contrato de Arrendamiento el 31/3/2016 y desvincularse de las actividades de KUK".
Inmediatamente después de la resolución del contrato de arrendamiento con KUK, sigue la versión de Layna, a primeros de Abril 2016, siete trabajadores presentan la baja en Layna para seguir trabajando en las mismas instalaciones propìedad de KUK en Chiloeches. Y añade el comunicado: "Antes de abandonar la empresa cuatro de dichos trabajadores efectuaron descargas de documentos y posterior borrado integral de sus ordenadores causando graves daños a Layna por la pérdida de información".
Ante todos estos hechos LAYNA ha llevado a cabo las siguientes actuaciones:
Pagó a Kuk para que retiraran los residuos
Para cubrir el coste de la gestión de los residuos que pudieran quedar en Chiloeches de sus clientes, LAYNA abonó 300.000 € a KUK para que los gestionase correctamente, y bajo su exclusiva responsabilidad, en el plazo de cinco meses, esto es, antes del 6/9/2016. El incendio no aclarado de la planta se declaró el día 26 de agosto, días después de que Kuk debiera haber terminado con la retirada de los residuos, cosa que finalmente no se produjo. Aun así,"dicha cantidad ha sido cobrada por KUK", informa Layna.
A partir de ahí, Layna informó por escrito a las Consejerías de Medio Ambiente de Madrid y Castilla-La Mancha de las "irregularidades" detectadas en Chiloeches. El comunicado recuerda que un mes antes, el 3 de julio, Layna sufrió un incendio en sus oficinas de Alcalá de Henares que destruye dos de sus naves y el edificio de oficinas. Y también en Julio, Layna envió a KUK varios burofaxes "requiriéndoles que le acreditara la correcta gestión de dichos residuos, requerimientos a los que KUK no contestó".
Denuncia contra días antes antes del incendio
El 21 de julio Layna presentó denuncia ante la Comandancia de la Guardia Civil de Guadalajara (un mes antes del incendio) y puso en su conocimiento los hechos anteriores, lo que da lugar a la incoación de Diligencias Previas ante el Juzgado de Instrucción J.I. Nº 1 de Guadalajara. Y el 10 de agosto de 2016, Layna presentó documentación ante la Jefatura del SEPRONA en Madrid "relativa a las irregularidades" desarrolladas por KUK en Chiloeches. Finalmente, el 26 de agosto se produce el incendio en las instalaciones de KUK en Chiloeches. El comunicado precisa que el 14 de septiembre Layna presenta ante el Juzgado de Instrucción J.I. nº 1 de Guadalajara ampliación de Denuncia contra KUK, "sus responsables y cuatro de los trabajadores infiltrados por un presunto delito de estafa, falsedad documental y daños informáticos graves".
Layna dice que las puertas de lam planta quemada en el último incendio de Chiloeches había sido forzada./ CEISPuerta forzada en el último incendio
Por último, en la madrugada del 14 de septiembre, en una nave que tenía arrendada en Chiloeches al grupo Seis, la planta de Layna sufre un nuevo incendio, "al parecer provocado, dado que la puerta estaba forzada y que está siendo investigado por la policía de Guadalajara".
Todo esta descripción de hechos demuestra, finaliza el comunicado, que "Layna ha sido víctima de unas actuaciones fraudulentas, desarrolladas por terceros, quienes aprovechando la imagen comercial y los recursos económicos de esta empresa, han cometido no sólo los presuntos delitos que Laina ya ha puesto en conocimiento de las autoridades, sino los que puedan derivarse de las malas prácticas en la gestión de los residuos y que también está bajo investigación policial".
Mantener el empleo
A pesar de todos estos hechos, Layna informa que "está haciendo un gran esfuerzo para rehabilitar sus instalaciones, mantener a sus trabajadores y poder seguir prestando a sus clientes sus servicios con la profesionalidad y seriedad que nos ha caracterizado durante todos estos años, y está decidida a ejercitar todas las actuaciones que sean necesarias para la defensa de su imagen y buen nombre".