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Echániz tapa un boquete por el que se desangraba Guadalajara

rodriguez-echaniz-400x267El convenio sanitario logrado por Echániz con su colega de la comunidad de Madrid ha conseguido tapar un boquete por el que se habría desangrado Guadalajara.  Porque el ciudadano de a pie se hubiera preguntado qué pinta Guadalajara en una Autonomía que nos aleja del principal servicio que se presta al ciudadano, como es la salud.

 Era ahora o nunca. En Madrid y Castilla-La Mancha gobierna el mismo partido político;  el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha ejerció antes de consejero en Madrid, y fue entonces cuando se logró el primer convenio de colaboración entre ambas autonomía; y, tercero,  se da la circunstancia de que ese consejero es además de Guadalajara. ¿Qué podría haber pasado si Echániz hubiera fracasado y tras las elecciones autonómicas  de mayo de 2015 se hubiera dado paso a unos gobiernos más fragmentados en ambas autonomías e incluso sin ninguna sintonía política? No nos lo queremos ni imaginar. Por lo siglos de los siglos…  

Como en GuadalajaraDiario no hemos sido tibios en esta demanda de la sociedad de Guadalajara,  por encima de los partidismos, con sucesivos editoriales y artículos de opinión, nobleza obliga para que ahora reconozcamos lo fundamental, que el acuerdo se ha logrado, con lo que hay felicitar sin ambages tanto al consejero que lo ha pilotado como el gobierno que lo ha respaldado. En un año que ha sido durísimo para el titular de Sanidad  (y los pacientes de esta región), porque se encontró con un sistema que estaba en la ruina por la caída de la recaudación -- sin que sus antecesores se atrevieran a intervenirlo de urgencia, por las líneas rojas que había que saltarse para seguir pagando la nómina y volver a pagar a las farmacias--, posiblemente sea este logro de las pocas satisfacciones que nuestro paisano vaya a tener en esta durísima legislatura.

En este medio de  comunicación, que no hace periodismo de trincheras, no le vamos a regatear esa felicitación, aunque no por ello no seamos luego exigentes en lo que se llama la letra pequeña del acuerdo, que nos gustaría saber cuanto antes. Dos ejemplos: la oposición sospecha que en el acuerdo no se incluyen las pruebas diagnósticas, con lo que de ser cierto el “turismo sanitario” no habría acabado del todo para los guadalajareños. O un lector, paciente oncológico, nos advierte de que anda con la mosca detrás de la oreja, porque las derivaciones más sangrantes a La Mancha que se están haciendo son las de las pruebas PET para estos enfermos oncológicos, que no cuentan con aparato en Guadalajara, y en cambio hay una docena en Madrid.  “Y eso no aparece en la nota que han facilitado”, está preocupado nuestro amigo.

Suponemos que Echániz y Rodríguez han cerrado lo fundamental, la financiación del convenio, y que con el tiempo se irán ajustando cosas; y nos imaginamos que  esos ajustes dependerán de lo que CLM  esté dispuesto a pagar por los servicios que Madrid preste a los castellano-manchegos. Lo que ya sabemos es que  Madrid se ha querido curar en salud en el asunto de los impagos, que es lo que acabó con el antiguo convenio. Para ello prevé un pago mensual del 95% del valor de la cápita y una liquidación a principios de año que contenga el pago del 5% restante de la cápita y cualquier coste que haya sido asumido por la Comunidad de Madrid. ¿Qué significa esto? Que como algún día la autonomía de Castillla-La Mancha dejara de pagar, el convenio quedaría en papel mojado.

Se han producido críticas desde las filas socialistas llegándose a decir que el convenio “rompe con el sistema nacional de salud” tanto o más que una consulta en Cataluña. ¡Qué cosas! A nosotros lo que nos parece que rompía de verdad el “sistema nacional de salud” es que un paciente de Guadalajara tuviera que pasar por los hospitales de Madrid camino de un hospital de Ciudad Real. Y les aseguramos que si dependiera de nosotros mañana mismo firmaríamos para que el Estado recuperara  las principales competencias de Sanidad  y las autonomías solo gestionaran algunos aspectos de la asistencia Primaria. De un plumazo acabaríamos con el solapamiento y las desigualdades que nos han creado los 17 sistemas de salud que ahora tiene España. Pero mientras esto no suceda, lógicamente los gastos de los avecindados en Guadalajara los tiene que pagar el Sescam y no Madrid; y cuestionar esto es demagogia.  ¿Qué antes se hacía vía Fondos de Cohesión y no había que descender a estos convenios  tan detallados entre autonomías?

Sí,  es verdad, pero  es que antes los fondos de cohesión estaban mejor dotados y las comunidades no tenían problemas para abonar las atenciones sanitarias en otras comunidades. Pero con la llegada de la crisis sucedieron dos cosas: que por un lado las autonomías más “ricas” redujeron sus aportaciones a esa bolsa de solidaridad que son los fondos de cohesión y pasó que comunidades como la de Madrid se negaron a prestar más  servicios a autonomías vecinas tal que Castilla-La Mancha, porque pagaban mal y tarde. 

Hay cosas que son metafísicamente incompatibles. No se puede defender un sistema nacional de salud estatal más fuerte y al mismo tiempo una especie de federalismo asimétrico para que Cataluña o cualquier otra comunidad “rica” pague  todavía menos a los fondos de cohesión. O carne o pescado.

Por eso  celebramos el acuerdo logrado con Madrid, porque rompe barreras que nunca se deberían haber levantado entre dos provincias limítrofes, que comparten en el Corredor del Henares  un agua común a través de la Mancomunidad del Sorbe, pero que por el mal engranaje del Estado de las Autonomías no pueden compartir una sanidad común. ¡Qué disparate! 

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