La localidad habló de su riqueza ornitológica

Las rocas que se alzan en las montañas de Saelices de la Sal son un hábitat natural del buitre leonado. El sábado los participantes en las jornadas “De pájaros y otras aves va la cosa” pudieron observarlos y fotografiarlos con ayuda de prismáticos y telescopios. Fue una actividad más del día, que contó con charlas, talleres y un paseo por los alrededores de la localidad para ver o escuchar aves. Y es que, además del buitre, en Saelices se puede ver la lavandera, el cuervo, el pito real, el escribano montesino, el mirlo común, el búho real e, incluso, el águila real, de la cual se tiene identificada una pareja que anida en el valle. Además, en Saelices también se puede ver el mito, un ave muy pequeña que permanece todo el invierno en la zona, ya que resiste muy bien las heladas. Saelices también es parada común para golondrinas, aviones y vencejos que anidan y pasan el verano en la localidad. Su actividad es muy beneficiosa ya que contribuyen a eliminar hasta el 70 por ciento de los mosquitos. Sin embargo, con el cambio de las temperaturas han emigrado y habrá que esperar hasta el próximo años para volver a verlos por los tejados de sus casas.

Todo estos y algunas cosas más, como el uso de los prismáticos, fue lo que aprendieron las más de treinta y cinco personas que participaron en esta jornada “De pájaros y otras aves va la cosa”, en la que colaboran el Ayuntamiento de la localidad; Fundador, la fundación que explota las salinas de San Juan y la Asociación de Amigos de Saelices. Las charlas corrieron a cargo de Manuel Andrés uno de los mayores expertos en aves que tenemos en la provincia de Guadalajara. En las jornadas se habló también de la variedad de aves existentes en la zona en vista a establecer un futuro turismo ornitológico.

La oferta cultural y de ocio de Saelices de la Sal no se detiene aquí. Y es que ya están en marcha las tradicionales jornadas micológicas de noviembre, que pondrán en valor la riqueza de Saelices en la materia. Esta, sin embargo, está pendiente de las lluvias que se puedan producir, ya que la humedad es imprescindible para que surjan las setas.