Alvaro de Figueroa, conde de Romanones, "Un liberal en la España de la Restauración" es el título de la conferencia que se celebra hoy 14 de abril en la Biblioteca.
La conferencia correrá a cargo del profesor Francisco Arriero Ranz, licenciado en Geografía e Historia y educador de personas adultas.
Tras más de quince años impartiendo cursos sobre historia de las mujeres en Centros de la Mujer y Universidades Populares, en la actualidad es profesor asociado de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Alcalá de Henares y de Historia Contemporánea en la Universidad para los Mayores.
Martes 14 de abril, 19:00 h. Salón de actos de la Biblioeta Pública.
Álvaro de Figueroa y Torres (1863-1950) es uno de los personajes más polifacéticos y polémicos de la provincia. Hijo del Marqués de Villamejor, perteneció a una de las familias más poderosas y ricas de España. Doctorado en Derecho, se mantuvo en el poder de manera ininterrumpida entre 1888 y hasta el Golpe de Estado de 1923. Fue presidente del Consejo de Gobierno varias veces, alcalde de Madrid, diputado a Cortes por la Provincia de Guadalajara,Presidente del Congreso y del Senado, ocupó también las carteras de los Ministerios de Instrucción Pública, Fomento, y Gracia y Justicia con sucesivos gobiernos y ejerció la presidencia de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Es símbolo de una etapa de política caciquil. Su “ingeniería política” alcanzaba a todas las clases sociales y a todas las alas políticas y se plasmaba de forma habitual en la compra y la manipulación de votos. A todo ello ayudó el gozar del gran número de propiedades en la provincia heredadas de su madre, Ana de Torres y Romo, Vizcondesa de Irueste.
Fue proclamado por la prensa liberal como “verdadero patrono” y se decía que no había nadie que desconociese que era él quien mandaba en la provincia. El “17 veces ministro”, fue una figura muy reconocida y destacó entre otras razones por su defensa a favor de la educación escolar básica sufragada y mantenida por el Estado, la creación de escuelas técnicas de formación, la defensa del sufragio universal, el matrimonio civil, la aprobación de la legislación de sindicatos agrarios, entre otros. Murió en su Palacio de la Castellana (Madrid) en 1950 tras una intensa vida política y social. Contaba con 87 años de edad. La ciudad de Guadalajara recuerda a este personaje del cambio de siglo con una escultura realizada por Miguel Blay, situada en la Plaza de Santo Domingo que fue sufragada por los maestros españoles en 1917.