Magnífico concierto del cantante sevillano en la Fuente de la Niña

Cómo cambia la vida. Decía Beret en los primeros compases del concierto que ya había estado con anterioridad en Guadalajara. Fue en la Sala Oxido. Y reconoció el artista sevillano que entonces “apenas tenía un puñado de canciones para ofrecer” y el público, la verdad, tampoco es que fuera muy numeroso. Ayer cinco años después de esa visita, se despachó a gusto en la Fuente de la Niña. Ante unas 7.000 personas y con un buen puñado de temas que, ¿lo adivinan?, el público se sabía de memoría. Algo ha tenido que hacer bien este hombre en todo este tiempo.

Apoyado en una buena puesta en escena, con audivisuales como telón de fondo y otro tipo de efectos al borde del escenario, Beret se metió al público alcarreño en el bolsillo. Desde el principio. Comenzó con “Si por mí fuera”, siguió con “Te echo de menos” y “¿Diez mil por qués?” hasta llegar a “Cóseme”. Antes de atacar este tema Beret se tomó un respiro, se sentó y se confesó con el público. Dijo que a veces se le ocurre una frase, una sólo frase y debe acudir rápido a anotarla para que no se le olvide. De ahí “va tirando” y entonces sale la canción entera. Es una forma más de componer. La génesis de este último tema, precioso, por cierto, fue “a veces me miras pero no me ves”. Anoche, en el estadio de la Fuente de la Niña, unas 7.000 personas miraraban a Beret. Fíjamente. Quizá alguna, la más lejana al escenario, no le viera bien...pero todos le sentían y, por supuesto, todos, todos, pasaron una noche magnífica. Gracias a su música.



