El deshielo de la nieve recién caída en la sierra del Ocejón nos permite admirar las cascadas del Aljibe como nunca las habíamos visto. El dato es importante porque en un verano seco la cascada desaparece y permanece solo la poza.
Hay dos maneras de llegar a ellas. Por la ruta tradicional, que sale desde Roblelacasa, o por una nueva recientemente señalizada, que lo hace desde El Espinar. Ambas son aldeas y buenos exponentes de la llamada arquitectura negra, que son un importante reclamo para el turismo. Y en el municipio cabecera, Campillo de Ranas, hay los sábados y domingos restaurantes y bares para atender al viajero. Como también en Campillejo, Majaelrayo o en Tamajón.
La ruta hacia las cascadas del Aljibe está señalizada como un PR (Pequeño Recorrido) blanco y amarillo y discurre por unos caminos sin gran dificultad durante poco más de 4 kilómetros. Se llaman cascadas o pozas del Aljibe, porque están formadas por dos grandes pozas o aljibes, que desde lo alto nos recuerda a la morfología de los camellos.
Las mejores vistas están al otro lado por donde discurre el arroyo del Soto antes de desembocar en el Jarama. Últimamente se ha repuesto un puente para vadearlo que sustituye a uno anterior que estaba destrozado y que nos llevará hasta un alto pedregoso donde la Junta ha construido un mirador que presenta las mejores vistas de las cascadas. Así que no hay que trotar entre las rocas para buscar un encuadre para la fotografía, como sucedía antes, ya que hay que advertir que esta ruta es muy frecuentada en los fines de semana.
Durante el camino podremos ver una bella estampa del Ocejón nevado y a su lado el Ocejoncillo, que por lo que viene resistirá su manto blanco algunos días más.