El encuentro, el domingo en el San Miguel, a las 17,00 horas

En el diccionario de la Real Academia Española la palabra “caladero” tiene dos acepciones. La primera de ellas se refiere a un sitio, a un lugar “a propósito para calar las redes de pesca”. La segunda remite a “un lugar o ámbito apropiado para conseguir algo en gran cantidad”. Es la que nos viene al caso. Porque el Club Deportivo Azuqueca vuelve a su caladero natural para conseguir puntos en esta liga o, lo que es lo mismo, retorna la competición a su propio campo, el San Miguel.

El hechizo de las meigas hace de momento imposible la victoria lejos de casa y sólo concede algún que otro empate cuando se juega a domicilio. Hay que hacerse fuerte en casa. Y ahí los números no mienten. Nadie ha conseguido llevarse la victoria sobre el verde artificial azudense. Cuatro victorias y cinco empates, 17 puntos de 27 posibles. Sí, podían haber sido más. Claro, ya estamos, si nos ponemos a pedir, pedimos la luna entera. Pero aquí, en el San Miguel, no ha ganado nadie. Ni Villarrobledo, ni Torrijos, ni Illescas, ni Quintanar, ni Puertollano…la nobleza de esta Tercera División, vamos.

En esta ocasión visita el campo azudense La Solana, conjunto situado en la parte baja de la clasificación. Decimocuarto en la tabla, diecinueve puntos. Cuatro victorias, siete empates, siete derrotas. Si se les ocurre ganar alcanzan al Azuqueca y le meten en problemas, pero, ¿no hemos dicho ya que en el San Miguel no ha ganado nadie?, ¿a ver si ahora? No, ¡qué va!, ¡no, no, no! El encuentro, el domingo, a una hora inusual para el aficionado azudense. Las 17,00 horas.