El presidente de CLM toma distancia con la estrategia de Sánchez hacia sus aliados y pone en valor el pacto entre los grandes partidos. 

 El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y presumiblemente el candidato socialista a la reelección en las elecciones autonómicas de primavera, aunque no lo ha anunciado formalmente,  toma hoy distancia con la estrategia del Gobierno de Pedro Sánchez hacia sus socios parlamentarios en una amplia entrevista con el diario El Mundo, firmada por Jorge Bustos.

Así, Page no tiene inconveniente en reivindicar una “agenda de estado” entre los dos partidos mayoritarios, para dar estabilidad a España, porque reconoce que el problema de los socios del Gobierno es que “bastantes de ellos llevan en su código político la voluntad de desestabilizar al Estado. De atacarlo e incluso de romperlo. Son malas compañías”. Todo ello genera un problema para el       PSOE, si sigue contando con los mismos socios de cara al futuro: “Si seguimos con las mismas compañías, es evidente que va a haber un castigo. Cuando se fue Pablo Iglesias reconoció que concentraba mucho rechazo social. Esa nube de rechazo no se ha diluido, se está desplazando”.

El líder del PSOE castellano-manchego critica los indultos a los líderes independentistas catalanes: ” Por definición los indultos no pueden ser políticos. Además, estos indultos se plantearon sobre la base de que los beneficiarios no solo no habían rectificado, sino que aseguraban volverlo a hacer”. ¿Entonces debe Sánchez indultar a Griñán por los ERE?, le pregunta Bustos, a lo que Page responde: “No voy a entrar si debe o no”; y prefiere que sea el Tribunal Constitucional el que decida: “Los indultos no forman parte de un deseo político. Tienen que ser analizados conforme a la legislación. Pero me duele mucho la condena de Griñán”.

“Le dije que lo cesaba”

Page rechaza el permanente debate entre miembros del Gobierno, porque no genera certidumbre, y recordó un caso que le pasó a él: “Cuando el vicepresidente de Podemos de la Junta de Castilla-La Mancha se fue a ver a Junqueras, le llamé y le dije que no iba en nombre de mi Gobierno, y que si se le ocurría en cualquier momento reivindicar esa condición, en ese momento iba a cesar en el cargo”. Al presidente de Castilla-La Mancha no le parecen serios los argumentos de Podemos en contra de la OTAN, porque “están anclados en clichés de la órbita comunista con los que ni siquiera luego son coherentes en su vida”.

El presidente castellano-manchego opina que los populismos están en caída libre y en “la medida que Feijoó es visto por una parte importante de la sociedad española como una alternativa, automáticamente concentra el voto útil. Y de hecho ahora hay muchísima gente de Vox, incluso militantes o dirigentes, que se están volviendo al PP”.

No al odio social

Page reconoce que tiene un buen concepto de Feijoó y no comparte que “sea un insolvente ni es acertado decirlo”, como se le ha reprochado desde las filas del Gobierno y también advierte que los gobiernos no pueden gobernar contra nadie: “Las leyes no son para atacar. O para generar odio social, tampoco a las grandes empresas. Porque hoy se les ataca pero hace seis meses se les ponía alfombra roja en los actos públicos. Yo soy partidario de exigir un esfuerzo claro a los que tienen más beneficios, sobre todo si esos beneficios proceden de la crisis, pero hay una diferencia notable entre exigir esfuerzo y generar odio social. Eso no se puede hacer y menos desde el Gobierno. Hay algunos ministros que parece que han esperado a ser ministros -y no habían soñado en su vida que iban a serlo-para vengarse de algún colectivo al que odian”.

El líder socialista castellano-manchego sigue confiando en Salvador Illa, a pesar de que el PSC ha pactado una ley que de facto anula la sentencia que obliga a respetar el 25% del castellano en las aulas catalanas, aunque sí reconoce que en Cataluña no se están haciendo las cosas bien en relación al idioma. Pone precisamente como ejemplo a Galicia en donde hay leyes que protegen al gallego pero no se utilizan como arma arrojadiza, cosa que no sucede en Cataluña: “El independentismo catalán usa el idioma como una barrera, como un dique. Más que hablar en catalán les gustaría que desapareciese el castellano”.

Por último, Page es optimista ante la desaparición de los populismos, entre los que incluye a Podemos y Vox, y cree que el siguiente paso es “acabar con la tendencia al frentismo”. “Una misma persona no es toda de izquierdas o toda de derechas, no hay por qué tener esa militancia fanática. Si el PP o el PSOE no tienen permeabilidad para adaptarse a eso, la gente se volverá al populismo. Se tiene que ser trasversal”.

El presidente regional cree que las próximas elecciones las ganará el que menos baje al barro, no el que más, y preguntado por el PSOE, concluye: “Lo que sé es que no puede haber otro 1 de octubre de 2016 [Comité Federal en el que case Sánchez con un partido roto]. Las cosas no pueden llegar otra vez a ese punto”.