Hace unas semanas, Jordi Pujol declaraba compungido que había tenido más de cuatro millones de euros sin declarar en una cuenta de un banco de Andorra , procedente de la herencia que le dejó su padre.

 La noticia no dejó de sorprender: resulta que el “molt honorable”, el que había sido presidente de la Generalitat Catalana, el que fue declarado una de las veces “Español del año”, al que el rey, el 23 F, le había dicho por teléfono “Jordi tranquilo”, el motor del independentismo catalán , el que decía “España nos roba” , era un presunto corrupto.

 Jordi Pujol y Marta Ferrusola formaban una feliz y compenetrada pareja; procedentes ambos de la alta burguesía catalana tienen siete hijos, dos hembras y cinco varones, pero desde hace muchos años la honorabilidad, hoy desaparecida, venía tambaleándose en el alambre.

 Hay que remontarse a 1984, con la quiebra de Banca Catalana, que había creado su padre Florenci Pujol con él como socio y que costó al Estado la friolera de 300.000 millones de  las antiguas pesetas. La magistrada Margarita Robles ha declarado que cuando se trató el caso, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña lo archivó, ya que la mayoría de los magistrados consideraron que se trataba de una querella contra Cataluña y no contra Jordi Pujol, que defendía las esencias del catalanismo.

 Pocos años después, Pascual Maragall, del PSC, que fue alcalde de Barcelona y presidente de la Generalitat, acusaba a CiU en sede parlamentaria del problema que tenía con el 3%,  refiriéndose a las comisiones que cobraba por la adjudicación de las obras.

 Las Cortes catalanas obviaron esta acusación, hasta que empezaron a salir pruebas de que el clan Pujol- Ferrusola aumentaba su riqueza sin razones explicables y en el año 2012 María Victoria Álvarez, ex pareja de Jordi Pujol hijo, denunció que ella había viajado con él a Andorra numerosas veces,  llevando bolsas con billetes de euros y acusándole de evasión y blanqueo de dinero.

 En abril de este año, Hacienda comunicó al juez Ruz  que Jordi Pujol Ferrusola había movido más de 32 millones de euros en 13 países, entre ellos varios paraísos fiscales, habiendo calculado que las cuentas en esos países ascendían a 56 millones de euros; y el juez le imputó acusándole de presunto blanqueo y delito fiscal.

 Pero no solo es Jordi el que tiene cuentas pendientes con la justicia, también se habla de sus hermanos Oriol y Oleguer y de su padre el ex “molt honorable”, al que Manos Limpias acusas de siete delitos: cohecho, tráfico de influencias, blanqueo de capitales , delito fiscal, prevaricación  falsedad de documento publico y malversación de caudales públicos.

 Jordi Pujol, que se ha visto obligado a renunciar al apelativo de “molt honorable” y  a las prerrogativas como expresidente de la Generalitat (despacho con secretaria en la calle Balmés, coche con conductor, ochenta mil euros anuales de retribución y a la presidencia de honor de CdC ), sigue afirmando que ese dinero es de una herencia de su padre, herencia que su hermana María dice ignorar.

 Por lo que a la espera de la comparecencia de Jordi Pujol ante el Parlamento Catalán , si es que quiere acudir voluntariamente a él, lo que se dice y se lee, es que el capital de los Pujol-Ferrusola puede ascender a 1.800 millones de euros procedentes de comisiones cobradas a las empresas adjudicatarias de obras, al trafico de influencias para la adjudicación de dichas obras, a las adjudicaciones de ITVs y a las gestiones que realizaban  ante las diversas administraciones.

 Sean cuales sean las razones, es de esperar se conozcan algún día ya que el dinero que ha declarado Jordi Pujol es solo la punta del iceberg de un enorme entramado creado para enriquecerse.

 La caída de Pujol,  deja en mal lugar los independentistas catalanes, ya que parece  sospechoso que una de las primeras cosas que querían hacer era crear la Agencia Tributaria de Cataluña.

 Ahora solo queda que los tribunales de justicia actúen y el “bon seny” vuelva a una Cataluña unida a España, con sus propias singularidades pero dentro del Estado que persiste desde la época de los Reyes Católicos, es decir, desde hace más de 500 años.

 JOSÉ MARÍA BRIS GALLEGO

 18 de agosto de 2014.