San Valentín, sin memoria litúrgica pero con muchos eros

El 14 de febrero, comercialmente, está consagrado a San Valentín, de quien dicen los grandes almacenes, encabezados por el Corte Inglés, que es el patrón de los enamorados; de los que no lo están, de los que querrían estar o de los que han perdido el amor. Es una fiesta esencialmente comercial, revestida de tópicos eróticos amorosos. Basta con introducir las palabras San Valentín en internet y ver un sinfín de anuncios que nada tienen, que ver con San Valentín y sí con todo tipo imágenes que venden todo tipo de reclamos presuntamente amorosos.

En EE.UU de donde nos llegan todas las grandes celebraciones que no tienen contenido litúrgico sino comercial (Halloween, Blakc Friday e incluso la Navidad) se gastan miles de millones de dólares para festejar san Valentín.

La fiesta de San Valentín, el día 14 de febrero, como patrono de los enamorados, tiene una larga historia de siglos en la que los elementos verdaderos, leyendarios, más estos que los otros conforman un totum revolutum difícil de separar. Parece ser la que fiesta litúrgica de San Valentín, personaje histórico real fue propuesta por el Papa Gelasio, para cristianizar una fiesta que con mucho apasionamiento y desenfreno se celebraba en la Roma pagana, conocida como las lupercales, en honor del fauno lascivo, protector de pastores que se celebra el 15 de Febrero. Esta tendencia de sustituir las festividades paganas por fiestas cristianas, especialmente las conmemoraciones de los grandes mártires, fue una constante en los primeros siglos de la era cristiana. Así pasó con San Valentín, cuya conmemoración se celebraba el día 14 de Febrero. Un día antes que las paganas y lascivas lupercales. Alrededor de San Valentín se fueron creando acontecimientos legendarios, históricos y poéticos, durante siglos. Una tradición hermosa poetiza que San Valentín era un clérigo que desafió al emperador Claudio II quien para asegurarse un ejército eficaz y numeroso impedía a los jóvenes el matrimonio, medida tan draconiana y reaccionaria que San Valentín quebrantaba, casando a los jóvenes novios con el más absoluto de los sigilos, lo que le trajo al bueno de San Valentín muchos y delicados problemas.

La historia nos dice que los restos mortales de San Valentín se conservan en la basílica de su nombre, situada en la ciudad italiana de Terni, por eso cada 14 de febrero se celebra en la basílica de esta ciudad italiana un acto de compromiso por parte de las parejas que quieren contraer matrimonio, como manda le Ley de Dios, al día siguiente. La costumbre de intercambiar regalos y cartas de amor el 14 de febrero nació en Gran Bretaña y Francia durante la Edad Media. Los norteamericanos adoptaron la costumbre a principios del siglo XVIII. Los avances de la imprenta y el bajo precio del servicio postal incentivaron el envío de saludos por San Valentín. Hacia 1840 se comenzó a vender tarjetas postales masivas por San Valentín. En estos tiempos on-line las redes sociales y los teléfonos móviles inteligentes han posibilitado que las felicitaciones de los enamorados por san Valentín estén alcance a todos de forma masiva y veloz

La Iglesia, Madre y Maestra, como quería San Juan XXIII, viendo el cariz que se daba a esta festividad en una sociedad neopagana, que había hecho de San Valentín un reclamo para el consumo, con casi ningún contenido cristiano, tomó una medida que provocó reacciones encontradas a favor y contra, cuando el Papa San Pablo VI en 1969, después del Concilio Vaticano II, puso orden en la liturgia Católica, dejando a San Valentín sin ningún tipo de celebración litúrgica, pero no fuera del calendario como aparece en los más antiguos y no modernizados. De hecho en los calendarios católicos figura la conmemoración de San Valentín, como un santo importante pero secundario. La supresión de la conmemoración litúrgica no ha impedido que la sociedad actual, a su aire, y casi en todo el mundo occidental, desde Japón a México continúe celebrando San Valentín como patrón de los enamorados.

El papa Francisco ha querido celebrar la festividad de San Valentín, reivindicando el valor del matrimonio y el noviazgo cristiano con miles de parejas llegadas a Roma procedentes de diversas naciones del mundo. Algunas diócesis españolas celebran esta Fiesta de San Valentín con encuentros y ceremonias protagonizadas por matrimonios, novios, parejas para superar los ataques que diversas instituciones públicas y privadas privadas lanzan contra su matrimonio y noviazgo cristianos.

Fidel García Martínez
Catedrático Lengua Literatura Doctor Filología Románica

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