Hace unos días seguía en televisión Guadalajara un debate en el que participaban dos miembros del Partido Animalista de España , defensores a ultranza de la desaparición de las fiestas de los toros en España y dos personas de Guadalajara, corredores de encierros y aficionados a la fiesta taurina.
Debo de empezar por decir que yo soy partidario de estos últimos y creo que en todo lo que pemite la ley - y los festejos taurinos están permitidos- , la gente debe tener libertad para asistir a ellos, sin coacciones por parte de nadie ni violencias de ningún género, vengan de donde vengan. Sin que por ello no comprenda que espectáculos como el del “toro de la Vega” de Tordesillas debería ser adecuado a estos tiempos y hacerlo menos cruento para el animal.
Plaza de toros de Pastrana, la más antigua de la provincia de las que se conservan en su estructura original.Los defensores de los animales se remitían a las leyes sobre el maltrato animal , olvidando que tanto la que a nivel nacional se aprobó en 1990, como las leyes autonómicas hacen excepción de los toros bravos y al haber sido transferidas las competencias taurinas a estas últimas son las que han legislado sobre los mismos. Así, en Castilla-La Mancha, se rigen por el Decreto 88/2013 del 11 de julio de 2013 , por el que se aprueba el Reglamento de Festejos Populares de la región, mientras que las corridas de toros en sus diversas facetas lo hacen por el Reglamento Taurino vigente (Real Decreto 176/1992 de 28 de febrero) .
Por lo tanto, estamos hablando de espectáculos regulados por la ley, por lo que nadie puede impedir su acceso a aquellos que quieran asistir o participar en los mismos.
No obstante, el debate sí ha movido mi curiosidad y la necesidad de aportar datos para un mejor conocimiento del tema.
Las fiestas, con los toros, tienen un origen antiquísimo. Deberíamos remontarnos a la cultura grecolatina , pero remitiéndonos a lo más semejante a los tiempos actuales, decir que en el año 1215 ya se habla en documentos de Cuellar (Segovia) de juegos con toros y en tiempos de Alfonso X “El Sabio” (1221-1284) las crónicas señalan la existencia de matatoros. Así continuaron los festejos taurinos con diversos cambios, siendo en el siglo XVIII cuando el torero rondeño Francisco Romero innovó la lidia inventando la muleta e instituyendo los tres tercios el de varas , el de banderillas y el de muerte.
La fiesta taurina se ha extendido por varios países: el sur de Francia, Portugal , México , Colombia , Venezuela ,Bolivia y Costa Rica; y en su día también por Marruecos, Angola y Mozambique.
En España existen 570 plazas de toros fijas y 2905 eventuales. La más antigua, la de Chinchón (Madrid) que data del siglo XVI. En Guadalajara tenemos 46 plazas de toros fijas , aunque festejos taurinos se dan en muchos más pueblos , con plazas eventuales, bien sean portátiles o o con talanqueras y carros. La más antigua es la de la capital, que se inauguró el 15 de agosto de 1861, aunque a lo largo de los años ha sido objeto de numerosas reformas, ya que en la guerra fue casi destruida, inaugurándose restaurada el 15 de octubre de 1957. En lo que respecta a la antigüedad es necesario mencionar la plaza de toros de Pastrana, de la que se habla en documentos de 1882, pero que podría ser según Juan Luis Francos la más antigua de la provincia.
Encierro de Brihuega, el más antiguo de la provincia. Fotos: GD. Ganaderías de toros bravos hay en España 1555, la más remota la de Raso de Portillo (Valladolid) perteneciente a la familia Gamazo, que existe desde 1880. En Guadalajara hay actualmente 12 ganaderías de reses bravas , la de más antigüedad la de Sopeña, que data de 1951 y pasta en la finca Valdehombre de Taracena.
Al año se celebran en España cerca de 3.000 espectáculos taurinos, con la lidia de unos 13.000 toros. En Guadalajara pasan de 100 y el número de reses lidiadas y corridas en los encierros se acerca a las 1.000, generando un montante económico en el territorio nacional de 2.500 millones de euros, lo que representa el 1,8% del PIB . El mundo del toro emplea a más de 200.000 personas y a las plazas de toros acuden cerca de cinco millones de aficionados.
En lo que se refiere a los encierros también tienen una gran antigüedad. El primero del que se tiene noticia es el de Cuellar (Segovia) en 1215, después el de El Portillo (Valladolid) en 1417, el de Ciudad Rodrigo (Salamanca) en 1470, los de San Fermín datan de 1561 y de esa época 1584 son los encierros de toros de Brihuega, los más antiguos de nuestra provincia.
En Guadalajara, se celebran al año un centenar de encierros a los que acuden miles de aficionados; solo al de Brihuega cerca de 20.000. Todos estos datos nos llevan a afirmar la importancia de la fiesta taurina para España y para Guadalajara.
De manera directa en solo dos comunidades autónomas han sido prohibidos los festejos taurinos:Canarias y Cataluña, aunque en esta última comunidad se permiten los “correbous”, que son encierros diferentes a los considerados tradicionales. De los 8.109 municipios que hay en España, solo 108 se han declarado antitaurinos.
Por lo que respecta al Partido Animalista en las elecciones generales celebradas en España en el año 2011 obtuvieron 101.557 votos , lo que representa el 0,41% de los emitidos; en la provincia de Guadalajara 619 votos, el 0,46%. En las últimas municipales en España sumaron 150.655 votos en toda España, el 0,67%; y en Guadalajara 1.398 votos, el 1,31% en las últimas autonómicas.
Por ello, con mi respeto a ambas partes y a sus ideas dentro de la libertad que proclama nuestra Constitución, insisto en que los ciudadanos deben poder acudir a los festejos taurinos autorizados y regulados por la ley, sin coacciones y amenazas de ningún tipo, y saber respetar a los animalistas sin ejercer violencia alguna sobre ellos; pero estos deben comprender con quien está la mayoría y seguir trabajando con los instrumentos de los que nos dota la democracia para conseguir cambiar las leyes en el sentido que desean , pero sin utilizar otros medios que dificulten la celebración de los festejos.
José Maria Bris Gallego.
24 de septiembre de 2015.
