Castilla-La Mancha acaba de conocer una magnífica noticia: el nuevo Plan de Cuenca del Tajo que ha adelantado el gobierno de España recoge la inmensa mayoría de las demandas y necesidades de los territorios y –lo que es más importante- de los ciudadanos de esta región. Por primera vez en la historia (y hablamos de una historia larga y compleja), se establece una reserva de 400 hectómetros cúbicos en la cabecera del río, lo que significa que no podrá trasvasarse ni una gota de agua cuando los embalses de Entrepeñas y Buendía no tengan un volumen embalsado suficiente para garantizar el abastecimiento humano, los usos turísticos y la sostenibilidad medioambiental, además del regadío o la industria. Podrá discutirse si el límite es o no el adecuado, si es o no suficiente, si esta reserva se va a constituir de forma in mediata o en un plazo prudencial (parece que en cinco años) pero nadie puede discutir que es casi el doble del límite actual, que hace quince años fue vendido por José Bono como una gran victoria (pírrica victoria) política. Enseguida Bono cruzó el Tajo camino de sus ambiciones políticas nacionales y se le olvidó a quién representaba y a quién se debía.
Hasta aquí no entiendo porque el Sr. Presidente de la Asociación de Municipios Ribereños no esta contento. O al menos relativamente satisfecho.
Lo cierto es que treinta años de gestión socialista en materia de agua se resumen en una palabra: guerra. El PSOE ha hecho de la guerra del agua su razón de ser, la cortina de humo para ocultar sus carencias y sus defectos. El Sr. Barreda se inventó la caducidad del trasvase, dilapido el dinero que la Junta obtenía de los recursos hídricos que viajaban hacia otras Regiones,y ni un solo euro para la comarca de ribereños de su propia tierra, de nuestra tierra, de Guadalajara; no logró alcanzar compromisos para garantizar las dotaciones hídricas, si quiera sean mínimas que esta tierra merece , necesita y venía reclamando. Utilizaron como escudo humano a los pueblos ribereños. Era la guerra permanente.
Los gobiernos del PP defendemos y defenderemos lo nuestro hasta la extenuación, pero no para fastidiar a nadie, sino para garantizar nuestro futuro con un uso justo y solidario de ese recurso escaso y básico que es el agua.
Y es verdad, no queremos fastidiar a nadie. La política hídrica del PSOE sí nos fastidio de verdad al cargarse lo más substancioso del Plan Hidrológico Nacional, que de haberse hecho realidad deshipotecaba en gran medida el caudal a trasvasar desde nuestros pantanos y sin embargo, en estos días vemos y algunos sufren, como cantidades ingentes de agua del Rio Duero, del Pisuerga, del Ebro, también del Ebro, arrastran millones y millones de litros directamente hacia el mar sin mayores aprovechamientos.
Y no queremos fastidiar porque sí, a los regantes levantinos. Si nosotros tenemos el agua que necesitamos para beber y para vivir ¿ porque negar un reparto equitativo con otras gentes de España para que beban y vivan tambien? El placer contemplativo del que yo puedo disfrutar al ver los Embalses de Entrepeñas (en donde vivo) y Buendía, a su 100% de su capacidad resulta secundario con respecto a las demandas razonables y necesarias que necesitan otros españoles para susbsistir. El llamado “Memorandum de Entendimiento para regular el Trasvase Tajo-Segura” que han firmado la Comunidad Valenciana y la Region de Murcia con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente es justamente esto: evaluar las necesidades razonables de agua que pueden ser objeto de ser trasvasadas desde nuestra cuenca abriendo un permanente dialogo respetuoso y de cooperación cuyo fin último es la consecución del mas justo reparto del agua.
Ya se acabó la guerra. El escenario belicista del agua,siempre provocado por el PSOE ya no tiene sentido y debo indicar, para terminar, que con el tema del agua, como con tantos otros, tenemos vecinos, no enemigos .
PORFIRIO HERRERO
Senador del PP por Guadalajara